Estados Unidos confirmó el pasado marzo las gestiones de Alemania para la compra de cinco aviones de patrulla P-8A Poseidon por un coste que Washington estima en 1.770 millones de dólares. Mientras la operación se concreta (aún debe completar todos sus trámites y terminar de perfilarse el acuerdo), el fabricante de los aparatos, la firma estadounidense Boeing, se ha aliado a las compañías alemanas Elektroniksystem und Logistik-GmbH (ESG) y Lufthansa Technik con vistas a “explorar áreas potenciales de colaboración en la integración de sistemas, capacitación, soporte y trabajo de sostenimiento”, de acuerdo con el comunicado emitido por la compañía norteamericana sobre este acuerdo.
El convenio, suscrito bajo la fórmula de memorando de entendimiento “puede conducir a acuerdos más definitivos si Alemania selecciona el P-8A Poseidon como su próximo avión de vigilancia marítima”, añade la fuente.
El presidente de Boeing Alemania, Este y Centro de Europa, Benelux y Países Nórdicos, Michael Haidinger, detalla cómo, en virtud de esta alianza, y “junto con ESG y Lufthansa Technik, ofreceremos soluciones autóctonas y rentables de soporte, capacitación y mantenimiento que brindarán la mayor disponibilidad operativa a la Armada alemana para cumplir con sus misione”. Para Haidinger se trata de “otro testimonio” del compromiso de su empresa con Alemania, donde “estamos formando asociaciones industriales significativas y de largo plazo que impactan la economía local”.
De momento, Boeing, ESG y Lufthansa Technik han identificado oportunidades para colaborar en una serie de áreas que se han comprometido a explorar con más detalle. Entre ellas se encuentran actividades de capacitación y simulación; de ciberseguridad; de integración de sistemas; de certificación; de cumplimiento con la normativa ambiental; relacionados con los sistemas de comunicaciones, con posibles ataques electrónicos y de protección electrónica; de mantenimiento de aeronaves y motores; sobre servicios de soporte de componentes; de análisis de mantenimiento predictivo y de servicios logísticos.
Se da la circunstancia de que la citada oferta oferta de Washington, estimada en hasta 1.770 millones de dólares hasta 2026, expira a finales de este mes, por lo que los legisladores alemanas apenas tienen unos días para aprobar la operación si quieren mantener las condiciones propuetas.
Los P-8 han sido desarrollados sobre la base del avión comercial 737 Next-Generation, también de Boeing. El fabricante lo define como un avión de patrulla marítima multimisión de largo radio diseñado para operaciones en zonas amplias, marítimas y en el litoral costero, y cuyas capacidades ya “se han puesto a prueba en misiones reales”. De momento, ya han adquirido esta capacidad servicios como las armadas de Estados Unidos y la India y las fuerzas aéreas de Australia y Reino Unido.
Este modelo ha sido concebido para sustituir a la envejecida flota mundial de P-3 Orion, que continua operando para, entre otros, el Ejército del Aire español. Cada aparato es montado en la misma planta donde Boeing construye sus 737, aunque tras el ensamblaje inicial los P-8 pasan a unas instalaciones distintas en las que se les equipa con sus sistemas de misión, se llevan a cabo las modificaciones pertinentes y se realizan los últimos ensayos. Su envergadura es de casi 38 metros y es capaz de elevarse con un peso máximo de 85,8 toneladas. Su alcance supera los 2.200 kilómetros, puede desplazarse a más de 900 kilómetros por hora de velocidad y aproximarse a los 12.500 metros de altura. El primer P-8 que alzó el vuelo lo hizo en abril de 2009.