Coordinada por la Brigada Antinarcóticos Metropolitana, la Operación Jadue logró la incautación de casi media tonelada de Cannabis Sativa prensada traída desde Argentina a Chile. En la operación, personal de la Policía de Investigaciones (PDI) que se movilizaba en medios terrestres, realizó la detención de uno de los vehículos sospechosos.
Un segundo móvil logró evadir el control policial y darse a la fuga por la ruta que une San Felipe y Portillo. Sin embargo, producto de la rapidez y la buena coordinación, desde uno de los helicópteros de la Brigada Aeropolicial de la PDI (Bapol) se logró desviarlo y conminado a su detención.
Lo anterior es un ejemplo de los tantos procedimientos aeropoliciales que se suman a las tareas asignadas dentro del Plan Cannabis, el cual busca a través de la investigación, atacar los grandes cultivos de esta droga, que están dispuestos en sectores de difícil acceso dentro del territorio nacional.
Gracias al Centro de Prensa de la PDI, Infodefensa.com pudo conocer su historia, estado actual y proyectos en curso, los que damos a conocer en el siguiente reportaje.
La Brigada Aeropolicial de la PDI se creó el 26 de septiembre de 1974, iniciando sus operaciones con un avión monomotor Cessna 182E Skylane entregado por el Ministerio del Interior para la Sección de Transporte Aéreo. Esta aeronave, conforme a la necesidad de la institución de utilizar el transporte aéreo como una herramienta más en la lucha contra la delincuencia, se convirtió en el medio más viable de transporte institucional dada la geografía chilena, demostrando la importancia de contar con medios que permitieran traslados rápidos y oportunos de equipos investigativos a lo largo del país.
Con el incremento de estas operaciones aéreas, en 1979 la PDI adquirió tres aviones bimotores nuevos, de diferentes características, a objeto de cumplir distintos tipos de misiones (Cessna 310R, Cessna 414A y Cessna 404). En 1992 se compró un Cessna TU-206G Stationair fabricado en 1980, el que en 1993 se asignó a la Primera Región Policial con la misión de patrullar las zonas del altiplano chileno y limítrofes con Bolivia y Perú, para la detección del tráfico de drogas. En 1996 fue redestinado a la Región Metropolitana donde se encuentra operativo hasta hoy.
Con los cambios sociales y la necesidad de responder a los nuevos requerimientos que la sociedad demanda a la institución, en 2002 el alto mando tomó la decisión de adquirir el primer helicóptero para la PDI: un Eurocopter (actual Airbus) AS350 B3 Ecureuil (H125), aeronave que desde el primer momento demostró su enorme utilidad en apoyo a la labor policial, auxiliando a las distintas unidades policiales del país, conforme las variadas necesidades que cada una de ellas posee. Es así como en el 2006 la Brigada Aeropolicial se instaló en dependencias del aeródromo Eulogio Sánchez Errázuriz en Santiago.
Debido a la positiva experiencia el gobierno entregó un segundo helicóptero de similares características en agosto de 2009. Con este aumento de capacidades se pudo prestar apoyo a la labor de unidades ubicadas desde Arica hasta la isla de Chiloé, en todas las áreas de desempeño policial. Sumando mejores resultados, en diciembre de 2010 el gobierno de la Región Metropolitana de Santiago comprometió los recursos para la adquisición de un tercer helicóptero destinado a brindar apoyo de las unidades con asiento en la Región Metropolitana y, en especial, para el combate contra el narcotráfico. Su llegada se concretó en octubre del año 2011.
Actualmente, esta unidad especializada está conformada por oficiales policiales, asistentes policiales, profesionales, asistentes técnicos y administrativos. Su material de vuelo está compuesto por tres helicópteros Airbus AS350 B3, un avión Cessna TU-206G Stationair y un simulador de vuelo certificado Elite RC-1. Referente al Stationair, está actualizado con aviónica Garmin G500TXI, Garmin GTN750, GTN650, Garmin G5, Garmin EIS y un autopilot S-TEC 55X. Este avión es la herramienta de entrenamiento básica y avanzada de pilotos policiales de la PDI.
La Bapol inició recientemente su expansión territorial, contando por primera vez con la Sección Aeropolicial Antofagasta, dotada con un helicóptero en dicha ciudad. La idea, en la medida de que los recursos lo permitan, es crear al menos otra Bapol en la zona sur, la Sección Aeropolicial Araucanía. El crecimiento no ha sido solo territorial, sino que también desde el punto de vista formativo. Desde el año 2018 que la Brigada realiza un proceso académico que involucra la especialización de personal y de ocho nuevos oficiales policiales, quienes se encuentran en proceso de formación para convertirse en pilotos durante este año.
El proceso de instrucción de un piloto policial de la PDI se inicia con la formación como oficial policial en la Escuela de Investigaciones Policiales, egresando como investigador policial especializado, luego de diez semestres académicos. Con este requisito cumplido, el detective puede iniciar su formación como piloto policial, cumpliendo los estándares reglamentarios y médicos exigidos por la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) de Chile.
En aproximadamente un año lectivo, el piloto policial efectúa su curso de vuelo en avión y una vez finalizado este pasa a formar parte de la dotación de pilotos de helicópteros, en un periodo que dura seis meses aproximadamente. Para ello la PDI cuenta con instructores habilitados en avión y helicóptero, los que aplican los planes de estudios que la propia Bapol ha desarrollado para ello y que han sido aprobados por la DGAC.
La Brigada Aeropolicial tiene por finalidad dar cumplimiento a todas las necesidades aéreas que la PDI requiera, conforme a las capacidades operativas que posea, y que son más necesarias en operaciones policiales que revisten mayor complejidad debido a la ubicación geográfica en que se desarrollan, a la peligrosidad de las personas que deben ser detenidas, o porque el éxito de la misión requiera de la supremacía aérea.
Es así como la Bapol tiene la capacidad de insertar personal policial táctico en zonas de muy difícil acceso, mediante el uso de plataformas laterales, autodescenso, cuerda rápida, grúa eléctrica y carga colgante. Además, pueden efectuar vigilancia aérea mediante el uso de cámaras termales, entre otras misiones. Es decir la amplitud de funciones que realiza la PDI, orientadas a la investigación profesional de los delitos, no permiten definir una sola misión táctica principal dentro de la Bapol. No obstante, la característica principal que la define al interior de la PDI es su rapidez, oportunidad, eficacia y la preponderancia aérea que se logra en el cumplimiento del deber.
Como se indicó anteriormente, la Bapol inició recientemente su expansión territorial con la Sección Aeropolicial Antofagasta y con miras, en la medida de que los recursos lo permitan, crear Sección Aeropolicial Araucanía.
Cabe señalar que las capacidades de la Región Metropolitana no se verán afectadas con la destinación de este helicóptero, pues existe una dotación aérea y humana suficiente para sus requerimientos. Donde sí había un déficit, el cual constantemente se debía suplir desde Santiago, con todos los costos que ello implica, era en la Macrozona Norte.
Esta área es un territorio muy complejo desde el punto de vista policial debido al combate al narcotráfico y al control migratorio, por lo que la puesta en marcha de la Sección Aeropolicial Antofagasta obedece a necesidades que la PDI ha detectado y que ha querido suplir en beneficio de los ciudadanos. Para ello, entregó una herramienta de transporte eficaz, que permitirá apoyar todas las misiones de las unidades que comprenden la Macrozona. Es un esfuerzo importante, que demuestra el compromiso que tiene la PDI con la ciudadanía.
La pandemia del Covid-19 no ha afectado la labor aeropolicial, pues durante todo este periodo su personal ha seguido trabajando desde el aire en las labores investigativas con diferentes unidades del país, poniendo a completa disposición todas las capacidades si así se requiriera.
Esas capacidades podrían aumentar gracias a un proyecto que contempla la adquisición de un nuevo avión y helicóptero que permitan reforzar las Macrozonas, y también que otorguen a la PDI la capacidad de unir el territorio nacional.
El proyecto inicial comprende la destinación de las actuales aeronaves que posee la institución hasta las Macrozonas. Cabe señalar que la flota de AS350 B3 ha dado muy buenos resultados, sin embargo, el desarrollo de nuevas tecnologías permite considerar la amplia gama de modelos de aeronaves que ofrece el mercado, por lo tanto, la elección se basará en las necesidades que la PDI determine en función de sus necesidades institucionales.
Los AS350 B3 cuentan con GPS Garmin GNS430; cámaras infrarrojas Ultra 8500XRT de Flir Systems; y los dos más nuevos, con grúas eléctricas Breeze Eastern con capacidad para 204 kilos. Se les puede instalar focos de búsqueda SX-16 de Spectrolab; plataformas laterales Tylertech Cargo Rack para el traslado externo de personal; y un Heli Utility Basket marca Dart de 91 kilos. También pueden operar equipos para carga colgante de 1.587 kilos de Onboard Systems; estanques auxiliares de combustible Ferry Tank de 475 litros; y un piso blindado de Armour of America.
El Ecureuil tiene un motor Safran Arriel 2B que le permite trasladar a cuatro personas con una tripulación de dos pilotos a 270 kilómetros por hora. Posee una autonomía de vuelo de cerca de tres horas 30 minutos.
Fotografías: PDI.