La empresa Elbit ha llevado a cabo esta semana una intensa campaña de pruebas con fuego real en el desierto del Néguev, al sur de Israel, con su torre UT30MK2. La compañía israelí, junto con las españolas Navantia y Expal, participa con este sistema de armas, bautizado en España como Tizona, en el programa Vehículo de Combate sobre Ruedas (VCR) 8x8 Dragón del Ejército del Tierra.
Estos ensayos, a los que tuvo la oportunidad de asistir en exclusiva Infodefensa.com, pusieron de relieve que la torre, instalada para la ocasión sobre un vehículo Pandur, resulta compatible con el misil anticarro Spike de la también israelí Rafael. Durante la actividad, los técnicos de Elbit mostraron sobre el terreno como el sistema puede lanzar un misil de este tipo y hacer blanco de forma exitosa sobre un objetivo ubicado a tres kilómetros de distancia.
El ejercicio fue mucho más que una simple demostración de las capacidades de Tizona. Durante el mismo, la compañía además efectuó las pruebas de aceptación de la torre para un cliente europeo que recientemente ha adquirido este solución.
Las jornadas de trabajo en las duras condiciones del desierto permitieron asimismo evaluar con éxito la precisión y la fiabilidad del arma principal, el cañón de 30 mm, con una serie de disparos contra blancos situados a diferentes distancias.
La torre estabilizada UT30MK2, resaltan los responsables del proyecto a este medio, es el resultado de aplicar, al mercado de las estaciones de armas, los 50 años de experiencia y trabajo en el carro de combate Merkava de las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF, por sus siglas en inglés). La compañía ofrece dos versiones: tripulada y no tripulada. Ambas -explica- comparten el 95 por ciento de los equipos y sistemas y tienen el mismo modo de operación.
El cronograma actual del programa VCR 8x8 establece que a finales de este mismo año el Ministerio de Defensa designará el contratista principal del proyecto. Según este calendario, la producción de la primera fase de 348 vehículos en diferentes configuraciones, dotada con un presupuesto de 2.100 millones de euros, comenzaría en 2020.
La selección de las torres es otra cuestión que todavía esta por resolver. La torre será una de las piezas principales del futuro vehículo con un coste que, fuentes próximas al programa, cifran entre 300 y 450 millones de euros. En esta primera etapa, por ejemplo, está prevista la adquisición de unas 190 estaciones de armas remotas de 30 mm para los vehículos.
A la espera de una decisión al respecto, el consorcio formado por Navantia, Elbit y Expal ensamblarán este mes de julio en las instalaciones de Navantia Sistemas en San Fernando la primera torre Tizona, con el objetivo de mostrar que su propuesta industrial es viable.