La Armada invertirá 1,8 millones de euros en la adquisición de un nuevo velero para competir en regatas. El barco sustituirá al Aifos 500, una embarcación en la que navega habitualmente el rey Felipe VI en eventos deportivos.
Tradicionalmente, la Armada ha mantenido un alto nivel de competición en vela. Para ello, cuenta en sus comisiones navales de regatas con unidades, embarcaciones de vela ligera y de crucero, para participar en competiciones deportivas. La participación en estos eventos repercute, señala la propia Armada, "muy favorablemente el prestigio de la Institución y la conexión y lazos que genera con la comunidad marítima en general y, en especial en este caso, con la marina de recreo y vela", recoge la memoria justificativa de la licitación.
El Aifos 500, explica el documento al que ha tenido acceso Infodefensa.com, ha sufrido desde su construcción en 2004 modificaciones en dos ocasiones, lo que ha permitido “mantener un nivel de competición aceptables”. En la decisión de sustituir este barco, un exponente de la vela deportiva de crucero de la Armada, han pesado tanto aspectos económicos como de seguridad.
“Con respecto al de la seguridad, el nivel de esfuerzo al que es sometida tanto la jarcia como la propia estructura del casco al competir a alto nivel (puede ser necesario alcanzar tensiones de cerca de 9.000 toneladas), lo que puede resultar altamente peligroso”, detalla la Armada.
La licitación contempla que la embarcación será entregada en un plazo de ocho meses. La Armada quiere un barco de nueva construcción sobre un diseño ya existente con una eslora de en torno a 50 pies, manga máxima de 4,70 metros, calado de tres metros y un desplazamiento de 8.700 kg, con capacidad para izar un plano vélico de aproximadamente 400 metros cuadrados y con motorización, sistema de gobierno de doble caña y un único timón. El presupuesto incluye, además del barco, maquinaria, equipos y sistemas de a bordo.
“Que la Armada disponga de un crucero de vela de alta competición repercute muy positivamente en su prestigio, ya que permite a la Institución mantener un papel relevante del deporte de la vela”, añade la memoria, a la vez que también recuerda que desde hace años no se ha adquirido “ningún velero de competición, por lo que no se cuenta con barcos que, con seguridad y posibilidades de éxito, puedan afrontar regatas de primer nivel y con una alta exigencia técnica y deportiva durante varios días consecutivos”.
El deporte de la vela en la Armada está estructurado en comisiones navales de regatas ubicadas en Ferrol, Cádiz, Cartagena, Baleares, Canarias y la Escuela Naval Militar. Cada comisión tiene asignados barcos de instrucción, de regata y de recreo. La Dirección de Enseñanza Naval (Diena), dependiente de la Jefatura de Personal, cuenta con una Sección de Escuelas y Vela.
A esta sección le corresponde el apoyo al director (de Enseñanza Naval) en sus responsabilidades de dirección en relación con las Escuelas, incluida la canalización de sus necesidades de personal y material relativas a la enseñanza. También le apoya en la dirección de las actividades de las comisiones navales de regatas y de las lanchas de instrucción y veleros escuela. Además, dependen orgánicamente de la Diena las comisiones navales de la Armada.
Vela y formación
La vela también es una parte esencial de la formación, puesto que pone a los alumnos en contacto directo con el medio marino, les permite conocer los rudimentos de maniobra y entender el comportamiento de las embarcaciones sometidas a los efectos de viento y corriente. Obliga al alumno a formarse en la toma de decisiones y en el trabajo en equipo. La asignatura en la que se imparte esta formación es instrucción marinera.
Los alumnos de la Escuela Naval participan con frecuencia en las regatas del calendario de la Real Federación Gallega de Vela que se celebran en las rías de Pontevedra, Vigo y Arousa, así como puntualmente en La Coruña y Ferrol, sumando una media de 15 regatas por curso académico entre vela ligera y cruceros.