La industria de Defensa, reunida en el Space & Defense Industry Sevilla Summit 2022, ha recogido el guante lanzado por los funcionarios y políticos participantes en el congreso, que reclamaban una mayor colaboración público-privada y un impulso tecnológico que garantizara la capacidad disuasoria del país, y han reconocido que “ahora es el momento” de que España ocupe un lugar en la industria Europea.
El segundo bloque del evento acogió, bajo el epígrafe Las capacidades de la industria europea, un repaso por la situación actual de las empresas del sector de la mano del consejero delegado de Escribano, Javier Escribano; el consejero delegado de Indra, Ignacio Mataix; el director de Estrategia de SAPA, Joaquín Ortíz, y el director general de Gdels-Santa Bárbara Sistemas, Juan Escriña; es decir, los integrantes de Tess Defence, todo un ejemplo de colaboración empresarial como los que el Gobierno propone para formar parte de la denominada Europa de la Defensa.
En sus intervenciones, los empresarios coincidieron en que la situación, tras la invasión rusa de Ucrania y gracias a los desarrollos tecnológicos conseguidos en los últimos años con los planes especiales de armamento (PEA), “es muy buena” para que España ocupe un lugar en la Europa de la Defensa.
Todo el sector ha crecido exponencialmente en los últimos años, destacaba Escriña, “en SBS, por ejemplo, pasamos de ser fabricantes bajo licencia a tener un producto propio y que se exporta”. Mientras Escriña habla Ortíz asentía. “La ruptura de ser meros receptores de offset a desarrollar capacidades tecnológicas propias comenzó con el F18 y luego el Eurofighter y los PEA”, comenta el de SAPA. A su lado, Mataix secundaba cada palabra. “El Eurofighter fue un salto cuántico, competimos frente a grandes colosos, no en igualdad pero sí hemos tenido un desarrollo estratégico”, afirma, aunque también reconoció que “aún nos falta mucho, es una carrera inagotable, pero tenemos una buena base”. Para Escribano la mejor muestra de todo esto es su propia empresa, una compañía que pasó de hacer piezas mecanizadas para otros a fabricar sus propios productos en un tiempo récord.
Ese desarrollo ha permitido a la industria nacional ponerse al nivel técnico necesario para competir en Europa, y mantenerse ahí es una de las mejores partes del juego según Escriña: “Una de las cosas fantásticas que tiene esta industria es que todos nuestros productos están en el límite de lo técnicamente posible, y eso es apasionante, es un reto constante”. En Escribano, su consejero delegado también lo tuvo claro: “Nosotros somos un claro ejemplo de apuesta por la tecnología, siempre hemos invertido en tecnología, en I+D+i, es un valor seguro, nunca hemos invertido un euro en tecnología que no multiplicáramos por tres o cuatro y gracias a eso nos mantenemos en la cúspide”. Mataix coincidió, pero mira más allá de las fronteras españolas. “Serán programas tractores como el FCAS los que van a vertebrar la industria europea de Defensa, programas consolidadores”, reconoce. Y advirtió: “Si queremos una soberanía estratégica en Europa esos programas son los que nos desarrollarán tecnológicamente”.
Esa visión paneuropea fue común en el resto de ponentes de la mesa.
Para Ortíz, “la clave de los programas internacionales de cooperación está en la necesidad de entender qué es Europa”, y propuso mirar hacia los EEUU. “Nuestro rival tecnológico no es China, es EEUU, y debemos tener empresas de ese nivel para poder competir”, afirmó.
Escriña también recalcó esa visión continental. “Europa se tiene que encontrar, como bien dice Joaquín (Ortíz), no podemos buscar nuestra salvaguarda al otro lado del Atlántico, la industria es parte de la estrategia de defensa, tenemos que abrirnos y saber que los grandes programas deben desarrollarse en el ámbito Europeo”.
“Nos hemos tomado muy en serio la Europa de la Defensa”, confesó Mataix, y para eso hay que colaborar porque las empresas españolas no tienen calibre por sí mismas para competir contra los colosos europeos. “Tess es un gran ejemplo de integración”, esgrimió Escribano. Escriña le dio la razón: “La colaboración entre nosotros es clave, cada uno aportando su especialidad, lo que sabemos hacer”. Ortíz también apostó por ese camino. “La brújula estratégica habla de cooperación entre empresas y entre estados”, recordó. Pero no todo será colaboración interestatal ni interempresarial, Mataix lo dejó claro: “Tenemos que decidir claramente qué capacidades esenciales queremos desarrollar en España y dotar presupuestariamente el desarrollo de las tecnologías que requieren esas capacidades. Eso no lo podemos compartir”.
Miguel Ángel García Primo, Fernando Mato, Fernnado Fernández, Cristina Abad y Víctor López. Foto: NGP.
La segunda jornada barre para casa
Esta visión panaeuropea del primer día se repitió el segundo pero con matices. Si bien la industria tiene claro que los programas europeos, la colaboración entre compañías y entre países es un futuro necesario, en el según día del Sevilla Summit 2023 fueron varias las voces que advirtieron de la necesidad de no olvidarse de lo nacional en la mesa moderada por el director de Hisdesat, Miguel Ángel García Primo.
El director de Innovación de Escribano, Fernando Fernández, fue muy claro: "Debemos ser completamente dominadores de nuestras tecnologías, por una cuesión de soberanía nacional, por una cuestión de flexibilidad, pues no podemos depender de recortes de producción o cierres de fronteras, y porque debemos desarrollar una industria que rete a los jóvenes a no irse".
A su lado, la directora de Navantia Sistemas, Cristina Abad, insitió en que no era tan fácil. "El ministro (José Manuel Albares que acababa de inervenir en un vídeo) nos animaba a la cooperación, a pensar en Europa, pero las Fuerzas Armadas quieren preservar la soberanía nacional y eso, estar a la vez en un o y otro lado, es un reto". Abad explicó que la mayor dificultad muchas veces en este sector está ahí, en ese navegar entre dos aguas. "Hay que estar ahí, ver qué objetivos tienen otras industrias y otros países, enseñar la patita pero no demasiado", aseguró. Abad reconoció que en algunos aspectos la industria nacional sí podría ser más soberana, "como en armas y sensores", tecnologías que Navantia estaría encantada de poder integrar en sus plataformas pero que ahora mismo son extranjeras.
Para el director general de SMS, Fernando Mato, "no tenemos que tener complejos". Mato únicamente pidió una cosa: "Tener los conceptos claros". El director de SMS explicó que, como país, España debe valorar el concepto de "suficientemente bueno", y se explicó: "Tenemos que saber si queremos lo mejor o nos vale con algo inferior pero propio". Mato puso como ejemplo a Francia: "No se si lo que tienen es lo mejor, pero es suyo y no dependen de nadie". El resto de la mesa estuvo totalmente de acuerdo.
El director de Desarrollo de Negocio de Santa Bárbara Sistemas, Víctor López, coincide en lo básico "la industria está preparada" pero su visión, como el propio nombre de la empresa, es mucho más internacional. "Podemos compararnos con EEUU, con Europa, podemos competir y ganar con cualquier vehículo del mundo y con un alto componente nacional", afirmó.