Tal día como hoy, 16 de noviembre, pero de 1532, las tropas lideradas por Francisco Pizarro secuestran al líder inca Atahualpa en el marco de la batalla de Cajamarca. Las tropas de Pizarro, para ello, realizaron una emboscada.
Atahualpa aceptó la invitación de Pizarro para reunirse en el campamento español, situado en el valle de Cajamarca, lo que el conquistador aprovechó para realizar una emboscada que su enemigo no esperaba y que apenas duró 30 minutos.
Las estimaciones actuales sitúan en 2.000 los muertos durante ese enfrentamiento, todos incas menos un esclavo español. También se saldó con 5.000 prisioneros incas y solo uno español.
En ese momento, Atahualpa fue apresado vivo por las tropas españolas, que lo mantuvieron cautivo durante ocho meses. Pizarro pidió por él un rescate que ascendió a 1.326.539 pesos de oro y más 51.610 marcos de plata.
A pesar del pago, Atahualpa fue ejecutado en la Plaza de Armas de Cajamarca el 26 de julio de 1533 mediante garrote. Su cuerpo permaneció en la plaza durante toda esa noche.
Este hecho marcó el inicio de la conquista del Perú, cayendo Cuzco en manos españolas en noviembre de ese mismo año.