Tal día como hoy, 7 de noviembre, pero de 1659, se firma el Tratado de los Pirineos entre Francia y España, perdiendo así el Rosellón. Este tratado internacional, compuesto por 124 artículos y suscrito por Luis de Haro y Mazarino, representantes de España y Francia, en la isla de los Faisanes, puso fin al conflicto iniciado en 1635 durante la guerra de los Treinta Años.
En la frontera del sur, a Francia se le concedió el Rosellón, el Conflent, el Vallespir y una parte de la Cerdaña retirándose de Cadaqués, Castellón de Ampurias, Puigcerdá y Rosas. La frontera con España se fijaría, desde entonces, siguiendo los Pirineos, menos en lo que se refiere a Llivia y al valle de Arán.
Francia devolvió a España el Charolais y las conquistas en Italia: Cassano d'Adda, Mortara, Valenza y Vigevano. Francia entregó también el Ducado de Lorena a Carlos IV aliado español, aunque manteniendo las ciudades de Dun y Stenay y Clermont-en-Argonne. El Ducado de Bar también sería devuelto mediante el Tratado de Vincennes de 1661, menos las ciudades de Héming, Réding, Sarreburgo y Sierck-les-Bains.
Además, en el tratado se incluyó un indulto general y la restitución de bienes a todos los perseguidos durante los años de la sublevación catalana (1640-1659). En cuanto al Rosellón, a pesar de que España lo perdía, se mantuvo la vigencia de los Usatges de Barcelona y sus instituciones al norte de los Pirineos. Pero, un año después, fueron derogados.