"Para ser libres hay que ser esclavos de la ley" Cicerón.
Empezando por las conclusiones; el balance más relevante que se puede extraer de la intensa semana de actividades internacionales del presidente Joe Biden es que, contrariamente a los conflictos de otras épocas, lo que se encuentra en riesgo en nuestros países, no es solo el acceso a los recursos, a la energía, o a los mercados, sino el modelo mismo de sociedad.
Casi la mitad de su primer año de mandato se ha dedicado principalmente a los asuntos internos, entre los que cabe destacar la atención a la solución de la pandemia y a la apuesta decidida por la recuperación económica, mediante una política agresiva de incremento del gasto público, al tiempo que daba señales orientadas a destacar la amenaza de la asertividad de Rusia y el riesgo sistémico de China en febrero en la Conferencia de Seguridad de Munich. Entretanto, las democracias se encuentran intentando lidiar con el problema de sus poblaciones crecientemente polarizadas.
Pero a lo largo de la última semana ha lanzado a su Gobierno a una intensa campaña para retomar el lugar de liderazgo que le corresponde, junto a los países aliados y a los que comparten los valores comunes democráticos, el respeto a las reglas, y a los derechos humanos (America is back)[1].
1ª Parada: G7 en Londres (UK) 11-13 junio:
El G7 viene de pasar por dos décadas difíciles debido a las diferencias internas y por el menosprecio de Donald Trump. En esta cumbre se ha puesto sobre la mesa la resolución de las profundas diferencias entre los EE.UU. y la UE agravadas por el Acuerdo Integral de Inversión (en inglés CAI) suscrito en noviembre de 2020 entre la UE y China.
Tras los signos previos de aproximación entre ambas partes, los resultados de la cumbre no han podido ser más esperanzadores; las dos partes han acordado dejar en suspenso el conflicto sobre los subsidios a Boeing y Airbus, y los derechos de importación al comercio del acero. Pero lo que ha reforzado el vínculo en la cumbre entre ambos gigantes es la creciente preocupación por la actitud de los grandes poderes autoritarios, Rusia y China.[2]
No obstante, el G7 requiere adaptación para enfrentarse a los retos del mundo actual. El concepto de D-10 surgió hace más de una década, pero recientemente ha ganado nueva notoriedad al invitar el premier Boris Johnson a la cumbre del G7 a los líderes de Australia, Corea del Sur, India y Sudáfrica. Sus objetivos, avanzar en el desarrollo de los valores democráticos y evitar una Nueva Guerra Fría, apoyados en la tecnología basada en normas y estándares comunes, en la resiliencia de las cadenas de suministro, y en el avance de las tecnologías verdes[3].
2ª Parada: Cumbre de la OTAN en Bruselas (BE) 14 junio:
Tras un año en vacío a causa de la pandemia, la presente edición sucede a la de Londres del 3 y 4 de diciembre de 2019, marcada por la tensión entre Trump y Macron, tras las declaraciones del segundo calificando a la situación de la OTAN como de "muerte cerebral"; y con Erdogan por los S-400 y su política regional. Los temas estrella de la cumbre fueron Rusia y China, y de nuevo los compromisos sobre gastos de defensa, en los que nuestro país consistentemente se sitúa en el penúltimo lugar seguidos únicamente por Luxemburgo.
La reciente edición de la cumbre ha estado precedida por una intensa campaña de difusión protagonizada especialmente por la vicepresidenta Kamala Harris: 15 años de continua degradación de la democracia, de los derechos humanos (Sinkiang, Hong Kong, Bielorrusia, Navalni), énfasis en la lucha contra la corrupción, y contando con el liderazgo leal y confiable USA[4]. Con antelación, en marzo de este mismo año, el secretario de Estado Antony Blinken llevó a cabo una gira por diversos países preparando el camino para la cumbre con los mensajes descritos. Y por último el asesor de Seguridad Nacional Jake Sullivan ha realizado las labores de coordinación de la campaña.
Otro antecedente relevante para la presente edición ha sido la presentación en diciembre de 2020 del informe final[5] del Grupo de Reflexión constituido por el secretario general con personalidades notables y cuyas conclusiones se han visto reflejadas en el comunicado final de la cumbre.
De los ocho[6] acuerdos publicados en el comunicado, en razón a su relativa novedad y compromiso, dos se podrían calificar (utilizando el símil metálico) como "PLATA": a) OTAN foro de consulta y acción conjunta y b) Defensa colectiva y OTAN 360º; cinco como "ORO": c) mejorar la resiliencia, d) cooperación tecnológica, acelerador de tecnologías, y fondo de innovación, e) orden basado en reglas, f) apoyo y entrenamiento a los socios y asociados, especialmente en Asia, África y América (contrapeso a las políticas expansivas de Rusia y China), y g) cambio climático; y por fin una como "PLATINO": después de diez años se lanza el desarrollo de un nuevo concepto estratégico, verdadero espíritu de la Alianza, que será presentado en la prevista cumbre de Madrid en 2022.
En el tintero de las resoluciones (que no en el de los debates) se ha quedado la posibilidad de establecer un régimen de corrección y sanciones para los miembros de la Alianza que se aparten de los valores comunes aglutinantes de la política común.
Y como beneficio colateral, se ha producido el mediático acercamiento entre Biden y Erdogan, una iniciativa para la resolución del contencioso por los S-400 y el relanzamiento de los F-35, cuya producción de elementos en Turquía puede ser un apoyo fundamental para el programa de reducción de costes de L&M.
3ª Parada: Reunión Biden-Putin en Ginebra (CH) 16 junio:
Con el respaldo fresco de sus socios del G7 y de sus aliados de la OTAN, con el consejo de Angela Merkel, e incluso con los comentarios de S.M. la Reina Isabel II, se presentó Biden a la esperada compleja reunión con su homólogo ruso.
Sobre la mesa, tres[7]puntos de encuentro: 1. retorno de embajadores y prisioneros de alto perfil, 2. armas nucleares y ciberseguridad mutua, y 3. relación personal pragmática tras las descalificaciones previas de Biden. Y tres discrepancias: 1. restricciones a las libertades políticas, 2. Navalni, y 3. Ucrania.
En su conferencia de prensa tras el evento, el presidente Biden mencionó que también habían sido objeto de comentario por ambos líderes: el desarrollo de capacidades nucleares por Irán, la estabilidad de Libia, un círculo polar libre, y la situación en Bielorusia.
Con el único fin de partida de establecer contacto personal, el acuerdo final más relevante de la reunión fue precisamente el de mantener ese contacto. Queda para los analistas y para la prueba de la tozuda realidad determinar si esta intensa semana tenía como objetivo adicional disminuir la intensidad del alineamiento Rusia-China, empezando a romper el escenario de confrontación y aislamiento.
Epílogo
Y volviendo al comienzo de estas notas, la Semana acabará siendo Grande o Pequeña dependiendo de la intensidad y continuidad del impulso, de la sinceridad con que sea compartido, y de los escollos con que se tropiece en el camino.
[1] El "New Deal" de Biden y Harris ante los líderes del G7 y la OTAN. Cinco Días 15 jun 2021.
[2] "The G7 Test" CSIS 27 may 2021
[3] "From the G7 to the D-10"; Atlantic Council 1 jun 2021
[4] Intervención en la sesiones organizadas por el German Marshall Fund 16 jun 2021.
[5] "NATO 2030: United for a New Era"
[6] "Comunicado de Prensa de la Cumbre de Bruselas" PR (2021) 086. 14 jun 2021
[7]"Biden y Putin: 3 puntos de encuentro y 3 desacuerdos" BBC News 16 jun 2021