La Sedena opera más de 300 Sandcat ensamblados y mantenidos en México

Las operaciones de seguridad en México no son unidimensionales, uno de los grandes retos que los planificadores y soldados enfrentan es que estas operaciones deben evitar cualquier daño colateral a la población civil y a sus posesiones. Por supuesto, que al mismo tiempo las Fuerzas de Seguridad deben buscar protección, movilidad y el poder de fuego que les de la ventaja. Sin duda, estamos hablando de un equilibrio muy complicado ya que nadie entrará en una zona urbana con vehículos de oruga, increíblemente lentos y que si bien brindarán una amplia protección a las tropas, claramente causarían un tremendo problema de relaciones públicas para cualquier gobierno.

La solución en el caso del Ejército mexicano llegó en 2010 con la compra de 250 carros Oshkosh Sandcat, que comenzaron a ser desplegados en unidades fuertemente comprometidas en la lucha contra los diferentes grupos delincuenciales en el país. Hoy en día y a diez años de su introducción, el número de unidades militares llega a los 300 vehículos, de los que una importante porción fueron ensamblados en México y que por supuesto, reciben servicios de mantenimiento y postventa en el país. La presencia del Sandcat y las experiencias derivadas de su uso han servido para que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) desarrollara una nueva plataforma hecha en México llamada DGIM DN-XI.

De acuerdo con Ernesto Mizrahi Haiat, director general de Epel Tácticos, filial de Blindajes Epel, a partir del 2015 la firma inició en México el diseño y producción de nuevas versiones del Sandcat, con características específicas para apoyar las acciones de rescate y seguridad que realizan los cuerpos de operaciones especiales en todo el país. De éste modo, Epel manufactura y distribuye en México tres variantes: Sandcat MX, Sandcat MX Largo y Sandcat MX transporte de reos.

300 caballos en un chasis Ford

El Sandcat está basado en el chasis de un Ford 550 de siete a nueve toneladas, con un motor de 6,7 litros, turbodiésel V8, que deriva en una potencia de 300 caballos de fuerza, lo que le brinda excelentes prestaciones aún en los difíciles terrenos y alturas de México; aparte de que los modelos comercializados en México pueden transportar de ocho a 11 operadores, protegidos con blindaje en los niveles III, V y VII (Stanag 3) siendo este último, capaz de resistir impactos de rifles de asalto o Barrett calibre .50 a la vez que todos los modelos están equipados con sistema runflat. El modelo MX para ocho pasajeros posee un nivel de blindaje V, motor de combustión diésel o gasolina mientras que la versión larga con blindaje III y V, puede transportar hasta 11 personas.

Gracias a la experiencia de combate en lugares como Somalia, Iraq, los Balcanes y Afganistán ha quedado claro que el nivel de protección que vehículos utilitarios como el Humvee (de los que México cuenta con al menos 4.000) no es el suficiente para escenarios de combate urbano, por lo que soluciones como el Sandcat permiten al Ejército mexicano lanzar operaciones de seguridad con plataformas adecuadas para los retos que sus tropas enfrentan, y más aún, la Dirección General de Industria Militar ha implementado un sistema de disparo remoto para ametralladoras 7,62 llamado Saraf Balam, lo que permite al operador proveer fuego de apoyo sin exponerse.

Actualmente, se estima que la Secretaría de la Defensa Nacional opera al menos 300 unidades del Sandcat en versiones utilitarias o de transporte asi como del Sandcat Stormer, mayoritariamente armados con ametralladoras calibre .50, lanzagranadas MK-19 y ametralladoras de uso general 7.62 mm o 5.56 mm, mientras que diferentes corporaciones policiacas de México podrían operar al menos, otros 50 vehículos.