La planta industrial Valparaíso de Astilleros y Maestranzas de la Armada (Asmar) construyó la estructura y boyas del equipo de energía olamotriz Brazo al Mar (BAM) II que permitirá generar energía limpia y constante las 24 horas del día utilizando el movimiento de las olas.
El proyecto, desarrollado por el área de Innovación e Investigación (I2D) de Maestranza Diesel, fue pensado para beneficiar tanto a comunidades costeras aisladas como a empresas que deseen contar con esta tecnología que sustituye el empleo de combustibles fósiles en la producción de energía.
Asmar se unió a esta iniciativa privada con el propósito de contribuir al desarrollo sustentable de Chile a partir de la obtención de energía renovable y limpia y con el potencial de mejorar en el tiempo su eficiencia y aplicabilidad en el extenso litoral nacional.
Según un estudio realizado por la consultora Baird & Associates S.A, se estima que el país podría alcanzar un potencial teórico bruto de hasta 240 GW de capacidad gracias a sus más de 4.000 km de costa expuesta a constante oleaje y de alta energía, convirtiéndolo en uno de los lugares más atractivos para desarrollar la tecnología undimotriz.
La planta industrial de Asmar realizó la totalidad de la estructura tipo brazo que incluye poleas y dos boyas instaladas en el muelle Barón de la ciudad de Valparaíso, además de los ajustes del diseño para optimizar el sistema, que tiene una longitud aproximada de 14 mts y una altura de 3,5 mts, con 3,5 toneladas de peso.
El BAM II sustituye a un modelo anterior denominado BAM I instalado por Maestranza Diesel a fines de 2018 y que logró una potencia máxima de 84.54 (W) y una potencia promedio de 12.56 (W).
El prototipo BAM II está basado en un sistema mecánico que transmite la energía undimotriz generada por dos boyas de 1 metro de diámetro y 1,5 metros de altura sometidas al movimiento constante de las olas hasta un sistema conversor de energía instalado en la orilla. Cuenta con una capacidad instalada de 3 KW, la que se conecta a un controlador de carga, donde se regula y carga una batería de ciclo profundo de 48V y 600Ah
Las boyas, cada una de 600 kilos, poseen un cable que entrega una fuerza de tensión hacia el resto del sistema mecánico ubicado en tierra y que las conecta con un tambor doble al interior del sistema conversor. Los tambores transmiten la energía mecánica a un volante de inercia en el sistema conversor que se encarga de almacenar la energía mecánica de cada impulso y éste a su vez alimenta a un generador a través del movimiento giratorio transformando la energía mecánica en energía eléctrica.
El sistema no requiere de elementos sumergidos, logrando un bajo impacto medioambiental, además de abaratar los costos de instalación y mantención, porque los mecanismos se encuentran en su totalidad en la tierra. En caso de tormentas o mantenciones, las boyas pueden ser levantadas para después mover toda la estructura, dejándola protegida del oleaje.
El proyecto, desarrollado bajo la Ley I+D de la Corporación de Fomento de la Producción (Corfo), contempla una inversión total estimada de 375.000 dólares, Estos recursos permiten el desarrollo de la tecnología, estudios de investigación y la fabricación de los prototipos BAM II y BAM III, proyectado a dos años y medio a partir de agosto 2019. El desarrollo del BAM II tuvo un coste aproximado de 50.000 dólares.