El Ejército de Tierra centra todos sus esfuerzos en el diseño de la Fuerza 2035, pero tiene claro que el proyecto no saldrá adelante si no dispone del presupuesto adecuado. El Jefe del Estado Mayor del Ejército (JEME), general de ejército Francisco Javier Varela Salas, resaltó el pasado martes que “la mayor dificulta que tenemos ahora mismo es la financiación”.
El general remarcó en una jornada con periodistas de defensa en Madrid que "el proyecto no va a salir si no hay la financiación suficiente". En líneas generales, la iniciativa Fuerza 2035 está articulada en torno a tres ciclos a corto, medio y largo plazo que vencen en los años 2024, 2030 y 2035, respectivamente. Estas etapas estarán conectadas entre sí e incluyen continuas revisiones, así como fases conceptuales, de experimentación y de implantación que permitirán la recepción progresiva de nuevas tecnologías.
Durante este periodo de 15 años, el Ejército espera que llegue gradualmente el dinero previsto para afrontar no solo el proyecto, sino también la necesaria modernización de la Fuerza Terrestre. "Si no podemos adquirir tecnología no tenemos futuro, no podríamos competir en el entorno de 2035 contra un opositor que la tuviera", insistió tajante el JEME. La llegada de los medios con la última tecnología, añadió, implicaría una reducción del personal aún por determinar, que en la actualidad ronda los 64.000 efectivos.
Un ejemplo de la necesidad de renovar el material es el BMR (Blindado Medio sobre Ruedas). El general recordó que "los BMR que tenemos, que son el caballo de batalla, están hechos de aluminio no reúnen las condiciones de protección para utilizarlos en ningún escenario".
Pruebas en la Legión
A la espera de los prototipos del VCR 8x8, la primera fase de experimentación han empezado ya en la Brigada de la Legión con las pruebas de sistemas de mando y control y con la puesta en práctica de algunos procedimientos de maniobra e integración de medios de inteligencia como sistemas RPAS, Vehículos de Exploración y Reconocimiento Terrestre (VERT) y Vehículos de Vigilancia Terrestre (VVT).
El JEME detalló que el objetivo a largo plazo del proyecto Fuerza 2035 es contar en quince años con diez brigadas: tres centradas en la defensa del territorio, asociadas al recién creado Mando de Presencia y Vigilancia Terrestre (MPVT); seis equipadas con alta tecnología y preparadas para llevar a cabo misiones en el exterior; y una de reserva para otros escenarios.
El general de brigada Raimundo Rodríguez Roca ofreció durante la jornada algunas pinceladas de la organización de la futura Brigada 2035. La unidad de entre 2.800 y 3.200 militares estará formada por tres grupos de combate, operará unas 900 plataformas y tendrá una autonomía de hasta siete días.
Cada grupo de combate dispondrá de unas 100 plataformas en seis versiones con capacidad de inteligencia y de guerra electrónica. En estos grupos también actuarán equipos de control aéreo terminal conjunto (JTAC). Los grupos de combate, a su vez, estarán compuestos por tres subgrupos de unos 100 efectivos y 16 plataformas en tres versiones con una autonomía de hasta dos días.
El Ministerio de Defensa sacó adelante el año pasado tres programas fundamentales para el Ejército de Tierra: el VCR 8x8 Dragón, la modernización de los helicópteros CH-47 Chinook y el segundo lote de helicópteros NH90. No obstante, el general Varela aseguró que existen otros programas definidos a la espera de recibir dotación presupuestaria. "Hay varios proyectos en carpeta sin financiación", aseguró, sin hacer mención a programas concretos.
Una de las necesidades más inmediatas del Ejército, hecha pública en diversos foros, es la renovación de los buques de transporte logístico Martín Posadillo y Camino Español, operados por la Armada española, que acumulan más de tres décadas de servicio.