El objetivo está claro para Vedmid: “Que los rusos se vayan de mi país y yo me quede en él”. La contundente frase de este ucraniano de 28 años, que se da a conocer por un alias que significa oso en su idioma, es tan fácil de expresar como complicado de conseguir. Para ayudar en el empeño, se entrena desde hace unas semanas en uno de los seis campos en suelo británico que prestan formación a las fuerzas armadas de Ucrania en su esfuerzo militar frente a Rusia. En el mismo sillón en el que se ha sentado Vedmid, del barracón de recreo donde los nuevos reclutas pasan el escaso tiempo libre que les deja su apresurado curso para el combate de poco más de un mes, Alexander amplía un poco más la respuesta unos minutos después. “Luchamos porque sentimos rabia”, sentencia, para añadir a continuación que también combaten “porque amamos a nuestras familias y a nuestro país”. Esa es la “mayor motivación” de este ucraniano grande, de aspecto bondadoso y serio, con pocos años por delante para llegar a los 50, aunque las canas que se reparten en su ya escaso pelo y la expresión de su cara le hacen aparentar más. De hecho, todos los que reciben formación aquí aparentan más edad de las que tienen. Hay que tener en cuenta que no son militares que se entrenan por lo que pueda pasar, sino que se trata de ciudadanos sabedores de que en un futuro próximo entrarán en combate real.
Alexander, nombre ficticio con el que protege su verdadera identidad, como el de todos los ucranianos que aparecen en este reportaje, explica muy pausado y en inglés su experiencia de formación militar británica. “Disfruto trabajando con todos los instructores”, asegura. Antes de llegar aquí, confiesa, ya ha pasado por más países en otros entrenamientos, “algunos más similares y otros distintos por diferentes aspectos”, apunta sin dar más detalles. “Me gusta trabajar con todos y cada uno de ellos”, se limita a apuntar.
Andrii, de 45 años, precisa que, comparado con la de las fuerzas ucranianas, el entrenamiento que reciben en la Operación Interflex, liderada por los británicos y por la que ya han pasado 34.000 de sus compatriotas, “son bastante similares, pero la estructura es diferente”. Moryachok, con 30 años, dos hijos y experiencia en combate sobre sus espaldas, coincide en que “se parecen en algunas cosas y se diferencian en otras, dependiendo de la materia”. En su opinión, concreta, el Ejército británico prioriza el ejercicio y las capacidades físicas, mientras que en el Ejército ucraniano “apostamos más por nuestra experiencia en combate e intentamos poner en práctica todo el conocimiento que tengamos”.
"¿Miedo?, qué es eso"
Moryachok ya sabe lo que es batirse con el enemigo, pero admite que en su paso por este campo de entrenamiento en Reino Unido “hay muchos momentos que son nuevos para mí y de los que puedo aprender”. “Pero también tengo cosas que aportar”, reivindica. En todo caso, “me supone una gran experiencia y es un gran cambio para todos”, afirma. A la vista de su paso por el frente, ¿siente miedo por su próxima vuelta a los combates? “¿Miedo?, qué es eso?”, contesta sin dudar, aunque con el peso de la mirada de los militares ucranianos y británicos que le acompañan y le escuchan. Otro de los entrevistados reconoce que se siente algo cohibido por esa presencia a la hora de responder.
Para Vedmid, el más joven de todos, “de las habilidades que aprendemos aquí [en el Reino Unido], la principal es el liderazgo”, que considera “adecuado para tu sección, para la gente que está contigo”.
El programa de liderazgo al que estos cuatro militares están asistiendo, “es una ampliación del apoyo al adiestramiento dirigido por el Reino Unido que se imparte a los soldados ucranianos”, explican desde el Ministerio de Defensa británico. En él, continúa la fuente oficial, se “refleja la petición de Ucrania de contar con más líderes y comandantes capacitados”.
Las dificultades para mantener el esfuerzo bélico con los recursos actuales, y con el temor a una reducción de la ayuda occidental de fondo, Ucrania se ha propuesto incrementar sus capacidades con medio millón de nuevos soldados. Algunos de los líderes que los guiarán en el combate son estos hombres que hoy se preparan en Reino Unido.