Tras varios años de parálisis y desinversión, en 2018 la industria de la defensa en Argentina ha comenzado a despegar, a paso lento pero constante. Pese a que los hitos han sido eclipsados por el hallazgo del ARA San Juan el pasado noviembre, justo un año después de su desaparición, es innegable que la llegada de las cuatro Shaldag adquiridas a Israel, el cierre del complicado contrato con Francia para adquirir cuatro OPV y, sobre todo, la fabricación de tres IA-63 Pampa III en FAdeA han significado un gran paso adelante para las Fuerzas Armadas del país austral.
Ha sido un año intenso para Argentina en materia de defensa, sobre todo en los últimos meses. El Gobierno de Mauricio Macri supo aprovechar la oportunidad de la preparación de la cumbre de jefes de Estado del G20 que se celebró entre el 30 de noviembre y el 1 de diciembre en Buenos Aires para dar una demostración de fuerza y unidad en un contexto de fuerte crisis económica y social. En el operativo, que contó con el apoyo de fuerzas armadas extranjeras, se desplegaron unos 3.000 efectivos militares, Lockheed Martin Hercules C-130, A-4AR Fightinghawk, IA-63 Pampa III e IA-58 Pucará.
La relación entre Francia y Argentina no arrancó bien. El año En los primeros meses, se tambalearon los acuerdos estrella con el país europeo. Por falta de pago, casi se cae la llegada de cinco Super Étendard Modernisé (SEM) del fabricante francés Dassault, que inicialmente había estado prevista para diciembre de 2017. Finalmente, en mayo pasado, el Gobierno argentino oficializó la adquisición y, tres meses después, pagó los 12 millones de euros que había acordado.
Por otro lado, también estuvo en el aire el acuerdo para la compra de cuatro L'Androit OPV a Francia por 280 millones de euros. La adquisición llevaba pendiente desde febrero de 2016, cuando el astillero Naval Group realizó una visita operacional a varios países de Sudamérica y comenzó a plantearse presentar formalmente una oferta a Argentina para la construcción conjunta de estos cuatro patrulleros oceánicos. El proyecto quedó paralizado a finales de 2017 por su coste, entre rumores de otros conflictos, hasta el pasado enero, cuando el Ejecutivo de Mauricio Macri retomó las negociaciones.
Tras meses de negociaciones en los que el acuerdo inicial fue sometido a varios cambios, el Gobierno argentino logró cerrarlo en julio pasado y los patrulleros llegarán entre 2019 y 2022. Como publicó Infodefensa.com, en un primer momento la idea era que dos se construyeran en país europeo y los dos restantes, con tecnología francesa, en el Complejo Industrial Naval Argentino (Cinar). Finalmente, está previsto que los tres OPV-87 sean fabricados en astilleros franceses.
Después de años de dificultades económicas y abandono, la Fábrica Argentina de Aviones Brigadier San Martín (FAdeA) puede decir que 2018 ha sido un auténtico punto de inflexión. Al contrato firmado con la emiratí Etihad Engineering para el mantenimiento de las familias de aviones comerciales Boeing 737 y Airbus 320, se suman el suscrito con la aerolínea de bajo coste Flybondi para el mantenimiento de ruedas de nariz y principales de sus Boeing 737-800 y el que firmó con Israel Aerospace Industries (IAI) para la provisión de ingeniería, aeropartes y servicios por 18 meses. La fábrica también cerró una alianza con Paramount Group para potenciar el desarrollo de la industria aeroespacial.
Aunque sin duda alguna, el mayor hito de la firma de capital público ha sido la presentación de su producto “estrella”, el IA-63 Pampa III, de mano del mismo presidente del país, Mauricio Macri, a principios de diciembre. Tres de estas aeronaves irán a parar a la Fuerza Aérea.
Aunque si ha habido una clara protagonista en materia de defensa este año, esa ha sido la Armada argentina. El pasado abril, el país austral pudo presenciar un momento que, hasta entonces, parecía irrepetible, cuando el rompehielos ARA Almirante Irízar (Q-5) regresó al puerto de Buenos Aires tras culminar la 114 Campaña Antártica de Verano, algo que no ocurría desde hacía diez años. El viaje era la prueba definitiva para comprobar que el Irízar estaba listo para reincorporarse a su cometido inicial. El buque polar quedó destruido en 2007, cuando un feroz incendio en la sala de generadores casi lo consume y lo envía al fondo del Atlántico para siempre.
Mientras, la desaparición del ARA San Juan en noviembre de 2017 siguió generando consecuencias políticas y militares a lo largo de este año. Además de la indignación de las familias, que llegaron a acampar frente a la Casa Rosada para tratar de ser escuchadas por el Ejecutivo de Macri, continuó la crisis en las Fuerzas Armadas del país, con una oleada de dimisiones y destituciones que arrancaron con la del propio jefe del Estado Mayor de la Armada, almirante Marcelo Srur, a finales de 2017, como publicó Infodefensa.com.
El sumergible fue hallado el pasado noviembre, apenas unas horas después de que se cumpliera un año de su desaparición en el océano Atlántico con 44 tripulantes a bordo. Se encontraba a 907 metros de profundidad y 500 kilómetros de la costa patagónica, muy cerca de donde se había registrado una “anomalía hidroacústica”, que agencias extranjeras asociaron a una explosión.
Fue ubicado por el buque Seabed Constructor de la empresa estadounidense Ocean Infinity, que, como publicó Infodefensa.com, había iniciado en septiembre la búsqueda tras ganar el proceso de licitación abierto por el Gobierno argentino específicamente con este propósito. Las imágenes registradas revelaron que el San Juan se encuentra partido en varias partes y lo más posible es que implosionase muy cerca del fondo del océano.
Fuerzas de Seguridad
Este 2018 también ha sido un año de novedades para las fuerzas de seguridad. Una de las mejores noticias para estas es que llegaron las cuatro lanchas artilladas tipo Shaldag que Argentina compró a Israel: dos en febrero y las otras dos hace apenas unas semanas. Las unidades fueron adquiridas por el Ministerio de Seguridad por casi 49,5 millones de dólares, en el marco de un plan de reequipamiento de la Prefectura Naval, que las utilizará para el control del narcotráfico en el mar.
Además, el Gobierno de Mauricio Macri implementó en julio un cambio radical que fue duramente criticado por los organismos de derechos humanos, al publicar un decreto por el que modificó el rol de las Fuerzas Armadas en el país para que estas pudiesen apoyar a las de Seguridad e intervenir en tareas de seguridad interior.