El renacer de las construcciones aeronáuticas en México

Desde el anuncio de reiniciar la construcción de aeronaves mexicanas hecho por el secretario de la Defensa Nacional, general Salvador Cienfuegos, el 30 de enero de 2015, ha existido un creciente interés en el tema. Y no es para menos, México es una de las naciones que más han trabajado para restablecer y fomentar su industria aeroespacial mediante la consolidación y desarrollo de diferentes clusters aeronáuticos, apoyados por diferentes universidades que ofrecen ingenierías aeronáuticas, por lo que, si los pronósticos de firmas como Forbes son correctos, para cuando estos aviones logren entrar a la línea de producción, México se estará posicionando entre los diez proveedores aeronáuticos más rentables del mundo, lo que mejorará su actual posición como noveno en el mercado norteamericano y el sexto para Europa.

Un poco de historia

Al iniciar la década de los veinte, las construcciones aeronáuticas en México tenían un desarrollo aceptable con varios modelos en producción, pero hacia 1923 estás llegarían a su fin. Desafortunadamente, el desarrollo y construcción de aviones no se continuó. Durante un largo periodo las construcciones aeronáuticas en México no existieron salvo algunos casos aislados, como los aviones Corsario Azcarate, el avión LASA 60, utilizado por la Fuerza Aérea Mexicana en los años setenta o el proyecto Tonatiuh desarrollado por la Secretaría de Marina en los años ochenta.

En los primeros años del nuevo siglo vendría un desarrollo vertiginoso de la industria aeroespacial en México, que se convertiría en un eficiente proveedor de componentes y partes para aeronaves, por lo que con esta inercia y la decisión del alto mando de la Secretaria de la Defensa Nacional (Sedena) de ya no comprar vehículos tácticos blindados en el extranjero y optar por el desarrollo de los propios a través de la Industria Militar, el 12 de noviembre de 2014, se ordenó la creación de la Subdirección General de Industria Aeronáutica Militar dependiente de la Dirección General de Industria Militar.

Oportunidad y propósito

Después de mucha especulación sobre el tema; por fin se plantea un primer acercamiento a la realidad. Un proyecto en sus etapas iniciales y con claridad de visión sobre qué, cómo y cuándo se quiere. De momento y hasta poder comprobar el éxito de su ejecución, el principal valor del proyecto en éste momento es lo realista de su trazado, ya que no contempla complicaciones de desarrollo de todos y cada uno de los sistemas periféricos de la aeronave, sino que busca desarrollar una célula original a la que diversas tecnologías se le puedan incorporar a manera de módulos; que bien pueden ser mexicanos o no, según sea el caso y la necesidad.

El primer vistazo que el público mexicano tuvo de una aeronave relacionada al Proyecto Azteca se dio durante el 16 de septiembre de 2016, cuando una maqueta desfiló por tierra ante miles de mexicanos. Las primeras características dejan ver una aeronave con configuración de ala baja recta, diseñada para generar sustentación, así como configuración de cabina lado a lado únicamente para dos plazas, con una propela de dos palas que no parece estar en proporción con la aeronave. Fiel a la idea de ser una aeronave de instrucción aparece pintada en el típico amarillo de la Escuela Militar de Aviación.

Esta estrategia es un acercamiento inteligente y efectivo en costos y tiempo para ser esa chispa que arranque de nuevo la construcción aeronáutica militar en México. No hay que confundirse con que así será siempre, este es un primer paso muy bien pensado, en una arena a donde los mexicanos ya han hecho grandes cosas en el pasado sin los actuales recursos, la preparación de su personal y la titánica infraestructura de la Sedena.