Asmar, capacidades industriales al servicio de la Armada de Chile 2
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Asmar, capacidades industriales al servicio de la Armada de Chile 2

OPV-83 Marinero Fuentealba en la grada de Asmar Talcahuano. Foto: Armada de Chile
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Nuevos desafíos

Asmar inició un importante despegue al comenzar el siglo XXI construyendo los primeros dos patrulleros oceánicos del proyecto Danubio IV. Basados en el diseño OPV-80 de Fassmer, los patrulleros OPV-81 Piloto Pardo y OPV-82 Comandante Toro, que entraron en servicio en 2008 y 2009, respectivamente. Estas unidades desarrollan patrullaje y resguardo de la zona marítima jurisdiccional, búsqueda y rescate, fiscalización de actividades marítimas, apoyo logístico a zonas aisladas, mantenimiento de la señalización marítima y protección al medio ambiente.

La empresa efectuó la construcción del buque de investigación oceanográfica AGS-61 Cabo de Hornos. La unidad, entregada a la Armada de Chile en 2013, está basada en el diseño ST367 de la empresa noruega Skipsteknisk y es una de las cinco plataformas de investigación científico-marina más modernas del mundo. Dispone de avanzados sensores de Kongsberg Maritime para el rastreo del fondo marino que generan imágenes en tres dimensiones que permiten analizar con detalle diversos contactos detectados a gran profundidad en el océano.

Asmar debió paralizar las actividades de construcción naval tras sufrir graves daños la planta industrial Talcahuano producto del terremoto y tsunami que afectó la zona centro del país el 27 de febrero de 2010 Las obras de recuperación se desarrollaron en dos fases y se destinaron más de 220 millones para la reconstrucción de los malecones 0210, 0310, 0330 y 0340 y la instalación de los respectivos servicios de agua potable, alcantarillado, agua contra incendios, entre otros. El proceso permitió poner en funcionamiento 970 metros de muelle con red de servicios, recuperando la capacidad para efectuar mantenimiento de nivel 2 y 3 a unidades de la Armada.

Tras un alto de dos años, Asmar reanudó la construcción naval en 2012 con el OPV-83 Marinero Fuentealba que se incorporó en 2014 y el OPV-84 Cabo Odger que se construyó entre 2015 y 2017. Estos dos nuevos OPV-80 introdujeron una serie de mejoras en relación a las dos primeras unidades de la serie como casco reforzado para navegar en aguas antárticas, sistemas anticongelante en estanques para surcar aguas frías, puente extendido y cañón Oto Melara (Leonardo) Compatto de 76/62 mm con control de tiro Orion de la empresa chilena Desa.

Asmar construyó en ese período la lancha de transporte de pasajeros LTP Capitán Ihl para el Ejército de Chile. Entregada en 2016, es empleada en el traslado de efectivos y material desde bahía Bahamondez en Villa O´Higgins y entrega conectividad y apoyo a la unidad de avanzada asentada en dicha localidad en su penetración hacia Campo de Hielo Sur. Tiene una eslora de 18,6 metros, 4,9 metros de manga y 2,27 metros de puntal a cubierta superior. Cuenta con tres tripulantes y puede transportar 15 soldados equipados.

La planta industrial Valparaíso realizó el diseño y la construcción de cinco embarcaciones semirrígidas Pumar encargadas por el Ministerio de Salud para el traslado de personal médico, transporte de insumos y atención de emergencias en el archipiélago de Chiloé. El contrato, firmado en diciembre de 2015 por Asmar y el Servicio de Salud de Chiloé, contempló la entrega de tres lanchas semirrígidas de 12,5 metros de eslora modelo Pumar WR1250 Medic y dos lanchas semirrígidas de 8,8 metros de eslora modelo WR900 Medic.

Antártica I

Asmar está desarrollando en la actualidad la construcción del rompehielos del proyecto Antártica I. El buque es el proyecto más grande y complejo que haya desarrollado la empresa en su historia y es el primer rompehielos que construye un astillero del hemisferio sur. El buque reemplazará al AP-46 Almirante Viel que fue retirado del servicio el 11 de febrero de 2019 tras prestar 24 años de labores de abastecimiento y logística antártica al país.

El nuevo rompehielos, basado en el modelo Vard 9 203 de Vard Marine, será capaz de realizar tareas logísticas, operaciones de búsqueda y rescate, investigación científica y reabastecimiento de las bases y estaciones científicas que Chile posee en el continente blanco. Además podrá ejecutar misiones de búsqueda y rescate en caso de siniestros marítimos, aéreos o terrestres y estará habilitado para realizar fiscalización pesquera como buque inspector en embarcaciones que extraigan recursos marinos en el área antártica.

La ceremonia de colocación del primer bloque del rompehielos se realizó el 18 de julio de 2019. Las primeras secciones del buque, que contempla un total de 33 bloques, ya se encuentran en la grada de construcción de la planta industrial Talcahuano. Cada uno de estos bloques posee elementos integrados como escotillas, escalas, bases de equipos y cañerías lo que reduce el tiempo de construcción.

El contrato de construcción entre Asmar y la Armada de Chile se firmó el 23 de noviembre de 2017 y está valorado en un monto de 216 millones de dólares. La empresa espera realizar la botadura del rompehielos al mar en agosto de 2022 y entregar el buque en el año 2023.

Modernización de los Scorpène

Asmar finalizó en 2018 el primer programa mundial de recuperación integral de submarinos de la clase Scorpène. Este programa efectuado en las instalaciones de Talcahuano permitió recobrar las capacidades nominales originales de diseño de los submarinos SS-23 General O´Higgins y SS-22 General Carrera.

El trabajo realizado por el astillero nacional abarcó la recuperación completa del casco, motores eléctricos y diésel, activación y reemplazo de las baterías además de la revisión y recuperación de todos los componentes mecánicos, eléctricos, electrónicos, ópticos e hidráulicos que poseen estas plataformas de combate.

El primer refit se realizó en el SS-23 General O´Higgins y concluyó en 2016. Por su parte el SS-22 General Carrera finalizó este programa en el segundo semestre de 2018. Cabe destacar que el SS-23 General O´Higgins incorporó un disipador de calor para reducir la firma térmica generada por los gases de escape con el propósito de dificultar las tareas de detección de sensores térmicos embarcados en aeronaves.

Renovación de las fragatas Type 23

La planta industrial Talcahuano inició la modernización de las fragata antisubmarinas Type 23 en 2018 que contempla la renovación de sus capacidades de mando y control, sensores y defensa antiaérea local y de punto.

El proyecto Pidaa, que ejecuta junto a Lockheed Martin como integrador principal, contempla la incorporación del sistema de gestión de combate CMS 330 de Lockheed Martin Canada, el radar naval multifunción de vigilancia y adquisición de blancos TRS-4D de Hensoldt Sensors y el misil antiaéreo/antimisil de guía activa CAMM de MBDA.

Los nuevos sistemas permitirán a las fragatas FF-05 Almirante Cochrane, FF-06 Almirante Condell y FF-07 Almirante Lynch detectar y enfrentar con éxito las amenazas conocidas y proyectadas en el campo de batalla naval como también asegurar la vigencia operativa de los tres buques por las próximas dos décadas.

La FF-05 Almirante Cochrane fue el primer buque en recibir la modernización. La unidad comenzó el proceso en marzo de 2018 y tras meses de intensos y complejos trabajos, el buque retornó al mar en octubre de 2019 para revisar y comprobar la correcta operatividad de los nuevos sistemas instalados. La unidad arribó finalmente el vienes 8 de noviembre a Valparaíso.

La FF-07 Almirante Lynch es la segunda Type 23 que recibe este programa. El buque arribó a Talcahuano en junio de 2019 y su modernización deberá concluir en el primer semestre de 2020. Por su parte la FF-06 Almirante Condell deberá ingresar al astillero durante este año

Una nueva flota para Chile

La Armada de Chile tiene en etapa de evaluación un Plan Nacional Continuo de Construcción Naval que permitirá el reemplazo de sus principales unidades de superficie una vez que cumplan su vida operativa.

Esta iniciativa contempla una alianza público-privada que incluirá la participación de universidades, empresas, emprendedores y ministerios, y se proyecta como un motor de investigación, desarrollo e innovación con importantes beneficios estratégicos para el país.

El programa representa un proceso de largo plazo y antes de comenzar su ejecución requerirá estudios de desarrollo de ingeniería, renovación de las capacidades de la planta industrial de Asmar Talcahuano y la participación de otras entidades.

La empresa sería la encargada de liderar este proyecto por poseer la experiencia, el capital humano y las capacidades industriales. Asmar ha entregado más de medio centenar de buques a la institución y desarrolla en la actualidad el proyecto del rompehielos Antártica I, una unidad que representa un salto cualitativo en técnicas de construcción naval.

La institución proyecta construir buques auxiliares en Talcahuano tras el término del rompehielos en 2022. Esta etapa permitiría ocupar las capacidades del astillero antes de iniciar el proyecto de las fragatas a fines de la década de 2020. Las unidades auxiliares reemplazarán a las barcazas clase Batral y transporte Aquiles que tienen más de 30 años de servicio.

Ventajas comparativas

La institución encargó un estudio de factibilidad técnica y económica a la Pontificia Universidad Católica de Chile (UC) en 2019 para poder implementar y desarrollar el Plan Nacional Continuo de Construcción Naval.

La concreción de este programa permitiría a la Armada de Chile dejar de depender de la oferta de buques usados. Esta alternativa no permite incorporar los buques que la institución necesita y la inversión genera pocos réditos en el país. Un buque usado tiene una vida útil más corta lo que provoca gastos mayores en mantenimiento y genera la necesidad de su reemplazo en un horizonte más corto a diferencia de un buque de nueva construcción.

El análisis de la UC determinó que la construcción local es la mejor opción ya que permite dejar en el país un 30% de toda la inversión y generar importantes beneficios en investigación, desarrollo e innovación tecnológica. Además la construcción de ocho fragatas en Asmar costaría un 88 por ciento del valor que demandaría su compra en el extranjero.

El estudio plantea la construcción de una fragata de 5.200 toneladas de desplazamiento y 132 metros de eslora. El buque alcanzaría una velocidad máxima de 28 nudos y una vida útil de 35 años. La construcción de cada unidad en Talcahuano requeriría 3,5 millones de hora y hombre y cinco años. La construcción de la primera unidad debería iniciarse a fines de la década de 2020.



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