El Gobierno de Paraguay ha decidido suspender temporalmente la importación de armas de fuego y municiones para intentar combatir la inseguridad que reina en su frontera con Brasil. En ese sentido, se ha establecido que buena parte de las armas que ingresan legalmente a Paraguay, terminan en organizaciones delictivas brasileñas, particularmente en el Comando Vermelho y el Primeiro Comando da Capital. Estados Unidos ya había limitado en 2018 la venta de armas a Paraguay.
Estadísticas recientes indican que más del 40 % de las armas importadas a Paraguay han terminado en el mercado negro. El proceso implica la importación legal de las armas a Paraguay para su posterior venta a pequeños establecimientos comerciales para que comercializar al público. Sin embargo, muchos de estos comercios cierran sus puertas rápidamente luego de ‘perder’ grandes cantidades de armas. Por ejemplo, en una ciudad fronteriza en particular, Pedro Juan Caballero, un sólo establecimiento comercial ya ha ‘perdido’ un total de 3813 armas.
La delincuencia brasileña es ávida consumidora de armas ilegales, procuradas por todos los medios posibles. En ese sentido, el crimen organizado posee armamento muchas veces superior al que pueden desplegar las policías locales, lo que ha obligado a militarizar muchos operativos. Entre el diverso material capturado a estas organizaciones delictivas, se encuentran fusiles de todos los calibres, incluyendo .50 antimaterial, ametralladoras e inclusive lanza cohetes antitanque M-72 LAW y Armbrust.
Se desconoce por cuanto tiempo se mantendrá vigente esta medida y, si se levanta, cuáles serán los cambios en los procedimientos para recibir nuevas autorizaciones de importación.