La multinacional tecnológica Indra, que preside Fernando Abril-Martorell, estaría considerando adquirir entre el 60 y 75 por ciento de ITP Aero a través de un préstamo del banco francés BNP y una ampliación de capital de 500 millones de euros, y trabaja con la hipótesis de cerrar la operación antes del próximo mes de julio.
Según fuentes cercanas a la operación, el objetivo sería no elevar en exceso la deuda neta del grupo, que a finales de 2018 ascendía a 483 millones de euros, y transformaría la compañía al ampliar su negocio en el área civil y de defensa frente a la tecnológica que hasta ahora había sido su línea principal.
De acuerdo con estas fuentes, Rolls-Royce permanecería en la compañía fabricante de componentes aeronáuticos y líder mundial de turbinas de baja presión, como socio minoritario lo que mantendrá su interés en la compañía y una cifra de negocio que permitiría unas buenas perspectivas económicas, además de continuar con su protagonismo en futuros programas multinacionales europeos.
Una participación del 60-70 por ciento de ITP Aero representaría para Indra una inversión cercana a los 1.000 millones de euros. ITP Aero fue valorada hace tres años en 1.360 millones de euros, cuando la empresa vasca Sener vendió su 53,12 por ciento a Rolls-Royce por cerca de 720 millones de euros.
La adquisición, según fuentes próximas a los accionistas citados por El Confidencial, se espera cerrar en julio y se va a financiar con un préstamo por los citados 1.000 millones de euros que va a estar dirigido por BNP Paribas.
El banco francés es la entidad financiera de cabecera de Indra y quien dirigió la colocación de bonos de 300 millones realizada en abril de 2018. En esa emisión también participaron como ‘co-lead’ Citigroup y Crédit Agricole, y BBVA, Banco Santander y CaixaBank en un segundo nivel. La intención de BNP Paribas es sindicar ese crédito con estas entidades financieras.
Ese préstamo servirá para pagar el importe de la adquisición de ITP Aero en un primer momento. Porque la operación, dado el importe y su envergadura, necesita ser aprobada en una junta general extraordinaria de accionistas (previsiblemente el próximo 24 de junio), acto en el que Indra propondrá una ampliación de capital cercana a 500 millones de euros con derecho de suscripción preferente para refinanciar la transacción y evitar que la integración del fabricante vasco de motores dispare la deuda del nuevo grupo.
Según distintas fuentes, los otros dos accionistas de referencia del grupo - la Sociedad Española de Participaciones Industriales (SEPI), con el 18,5 por ciento del capital; y la Corporación Alba (holding de la familia March), con un 11 por ciento- apoyan la operación por lo que, si no cambian de criterio, suscribirían la ampliación de capital.
El apoyo de ambas es básico para mantener los equilibrios de poder en la multinacional española porque ambos acumulan el 30% del capital de Indra, en el que también cuentan con posiciones importantes fondos como Fidelity (9,3%) y Norges Bank, el fondo soberano de Noruega, con el 3,9%.
ITP Aero registró en 2018 una cifra de negocio de 890 millones, un ebitda de unos 150 millones y un beneficio neto de 69 millones. Por su parte, Indra factura algo más de 3.000 millones y este año espera alcanzar un ebitda superior a los 300 millones.
Fuentes de Indra, la SEPI y Corporación Financiera Alba han declinado hacer comentarios sobre esta información.