La designación de María Dolores de Cospedal García al frente del Ministerio de Defensa resuelve una de las grandes incógnitas que tenía Mariano Rajoy a la hora de configurar su Gobierno. Ahora con la «número 2» de su partido al frente del Ministerio -habrá que ver hasta cuándo compatibiliza ambos cargos- la Defensa contará, al menos desde el punto de vista del Ministerio, con un grado más de atención mediática. ¿Es eso bueno? El tiempo lo dirá. Ejemplos recientes ha habido: los socialistas José Bono o Carme Chacón también fueron ministros de ese perfil. Pedro Morenés, por contra, contaba con un perfil menos político. No en vano era independiente.
En las quinielas, Cospedal se situaba como favorita, una vez que Pedro Morenés, José Manuel García Margallo o Jorge Fernández Díaz salían con toda probabilidad del Gobierno. Madrileña, nacida el 13 de diciembre de 1965, es licenciada en Derecho y abogada del Estado desde 1991. De Cospedal es presidenta del PP manchego desde 2006 y ha sido una de las políticas leales del presidente Rajoy, dentro del PP, en los años duros (aquellos del Congreso del PP en Valencia en 2008). Fue presidenta de Castilla-La Mancha de 2011 a 2015.
En lo desconocido de su curriculum se puede leer su paso por la Embajada de España en EE.UU., país con el que seguro tendrá que negociar a menudo al frente del Ministerio de Defensa. Allí ejerció como consejera Laboral y de Asuntos Sociales en la Embajada de España en EE.UU.
De nuevo el gran reto de la ministra de Defensa será cumplir la misión con unos presupuestos que se perfilan en la misma línea del último año: crecimiento lento después de que la crisis se llevara por delante un tercio del mismo. Sobre ello ha venido advirtiendo el actual Jemad, el almirante Fernando García Sánchez, que siempre alude al riesgo de «tener en el futuro unas Fuerzas Armadas huecas y obsoletas». Impulsar programas industriales como las nuevas fragatas F-110, el vehículo 8×8 o nuevos aviones no tripulados serán asignaturas inmediatas. Entre las peticiones encima de la mesa de nuestros aliados: el envío de más tropas para la misión de adiestramiento en Irak (la Guardia Civil ya se prepara para ello) o un papel más destacado en el Sahel, donde España es el gran aliado de Francia.