Centroamérica llega al nuevo año con problemas presupuestarios por la pandemia y los huracanes

Honduras, Guatemala y Costa Rica enfrentarán los principales retos para 2021 por presupuestos reducidos en defensa y seguridad, debido al impacto de la pandemia y los estragos de los huracanes Eta e Iota.

Honduras sufrió los mayores daños con Iota, los cuales se cuantifican en hasta de 10.000 millones de dólares y aunque ya para octubre pasado, se preveía que el presupuesto de defensa y seguridad subiría para 2021 hasta en un 3,4%, con respecto al presente ejercicio fiscal, podrían haber recortes, debido a las necesidades coyunturales, tanto por los daños de los huracanes de esta temporada, como por la emergencia sanitaria, que en muchos casos ya los gobiernos están previendo la compra de vacunas en sus respectivos presupuestos del siguiente año.

Guatemala, por su parte, también sufrió daños por Eta, pero, además, debido a protestas contra el Gobierno por la aprobación apresurada del presupuesto del próximo año, sin suficiente consulta con sectores y falta de información de las fuentes de financiación; aparte también por el manejo de la pandemia y la emergencia por los huracanes, se tuvo que retroceder en noviembre anterior con el presupuesto general ya aprobado. El presupuesto general guatemalteco para el siguiente año era el mayor en la historia por un monto de casi 12.800 millones de dólares.

Los presupuestos

El presupuesto de defensa para 2021, en el caso guatemalteco, ascendía a un poco más de 330 millones de dólares, lo cual aún se desconoce si se mantendrá o se reducirá, pues la discusión de un nuevo presupuesto general indicaría que puede ser el mismo asignado este 2020, por aproximadamente 11.500 millones de dólares.

En el caso de Costa Rica, ya es un hecho que la seguridad pública estará atada de manos para 2021. El Ministerio de Seguridad de Costa Rica sufrirá un recorte de casi nueve millones de dólares en su presupuesto para el próximo año, lo que limitará el trabajo policial.

Debido a la crisis económica que viene experimentando Costa Rica en los últimos años, por un alto endeudamiento y crisis fiscal, agravada por la pandemia global durante la mayor parte de 2020, el gobierno costarricense recortó su presupuesto general del siguiente año.

La solicitud presupuestaria de Seguridad Pública, para 2021, rondaba los 444,1 millones de dólares, pero los diputados de la Asamblea Legislativa (Congreso unicameral) lo redujeron a 435,3 millones de dólares.

En el caso salvadoreño habrá un leve aumento en los Ministerios de Defensa y Seguridad, al menos es lo que se conocía hasta antes del impacto de la pandemia y las necesidades presupuestarias millonarias que aún a inicios de diciembre pasado se comenzaba a conocer con la compra de vacunas para 2021, entre otras necesidades; Nicaragua no presenta un panorama muy diferente, sobre todo cuando es el país de la región que menos presupuesto destina para defensa y seguridad, históricamente. Además de los impactos por la pandemia y los huracanes que también han dejado finanzas públicas muy deterioradas en el territorio nicaragüense.

La excepción panameña

Panamá es la excepción para 2021 en esta región, pues a pesar del impacto de la pandemia destinará el mayor presupuesto de seguridad en la historia, al duplicar el presente de este 2020 para el siguiente y superar los 1.400 millones de dólares.

El panorama es crítico, ya que la región centroamericana es la zona geográfica de paso para el narcotráfico del sur al norte el continente, por lo que las necesidades presupuestarias para los Ejércitos y Policías son altas por las enormes amenazas que enfrentan por esta actividad delictiva, además del crimen organizado y delincuencia, tanto del mismo narco como de las pandillas criminales, sobre todo, en el Triángulo Norte centroamericano, formado por Guatemala, Honduras y El Salvador.