Embraer anuncia la firma del contrato con Uruguay para la compra de seis aviones Super Tucano

Embraer anunció, este 26 de agosto, que el Gobierno de Uruguay ha firmado oficialmente la compra de hasta seis aviones A-29 Super Tucano para la Fuerza Aérea de ese país sudamericano.

El contrato, del que no se oficializó el importe, pero, según había trascendido anteriormente, estaría en el entorno de los 100 millones de dólares por hasta seis unidades, incluye una compra ahora y el resto con un "compromiso" de Uruguay para hacerlo en el futuro cercano.

Si bien se desconocen las razones para ejecutar la adquisición de esta manera, hasta que no trascienda el contrato no se podrán establecer los plazos ni exactamente qué fue lo adquirido y a qué plazo. No obstante, Embraer si adelantó que la negociación incluye un simulador y un paquete logístico integrado, entre los que se encontrarían algunos sistemas ISR para ser instalados en las aeronaves.

El total informado originalmente, que estaba en los 100 millones de dólares, iba a ser financiado por el BNDS con un plazo de entre 10 y 15 años. Con esta modificación en la estructura de la compra queda pendiente ver si es simplemente por un tema logística o financiero y cómo afectaría esto al negocio.

Fin de una era y comienzo de otra

Uruguay actualmente carece de aeronaves de combate, con apenas un puñado de Cessna A-37B Dragonfly en inventario, los que actualmente no se encuentran en orden de vuelo y unos cinco Pilatus PC-7U Turbo Trainer, de los cuales entre tres y cuatro están en vuelo.

La Fuerza Aérea ha estado buscando un reemplazo para estas aeronaves durante varias décadas y si bien el Super Tucano siempre fue una alternativa de reemplazo para su aviación de ataque, que quedara sin aviones luego de la baja de los FMA IA-58A Pucará, no era el avión pensado como único medio de combate de la fuerza. Sin embargo, esta erogación probablemente marque el final de la aviación de caza con reactores de la fuerza, era que comenzó en el año 1956 con la llegada de los primeros Lockheed T-33A Shooting Star seguidos dos años después por los F-80C de la misma familia.