Bolivia fue el primer país latinoamericano en emplear medios blindados en un conflicto internacional, concretamente en la Guerra del Chaco Boreal entre Bolivia y Paraguay (1932-1935). El Ejército boliviano desplegó unos pocos tanques ligeros Vickers Mark E Type A y Mark E Type B y carros de asalto.
Años después, en el transcurso de la Segunda Guerra Mundial, el Ejército boliviano recibió tanques ligeros estadounidenses M3 Stuart a través del programa Préstamo y Arriendo.
El SK-105 Kürassier
El Ejército de Bolivia dispone en la actualidad de un único modelo de blindado de combate a orugas, el caza tanque, también denominado tanque ligero SK-105 Kürassier. De fabricación austríaca, se adquirieron 54 de estas unidades en 1978 a la Steyr-Daimler-Puch. En el paquete se incluyeron uno o más ejemplares de la versión SK-105 T desprovista de la torre artillada. Son empleados para capacitación de conductores.
SK-105 Kürassier alineados en el desierto durante unas maniobras. Firma: Ejército Boliviano
Los SK-105 Kürassier bolivianos se potenciaron en 2009. Pesan 17, 7 toneladas y su armamento comprende un cañón de ánima rayada de 105 mm y ametralladora coaxial de 7,6 2 mm. La mayoría de los medios blindados del Ejército boliviano, —incluídos los SK-105 Kürassier— están concentrados en la División Mecanizada I, en el comando que se encuentra en Viacha (La Paz).
Planes
En la actualidad no se conoce ningún plan específico para dotar al Ejército boliviano de nuevos tanques o vehículos blindados de combate. No obstante, a comienzos de 2016, el entonces ministro de Defensa se refirió a la necesidad de reemplazar los medios blindados existentes. Sin embargo, desde esa fecha no ha trascendido mayor información al respecto.
Ahora bien, tomando en consideración la situación de confrontación política interna por la que atraviesa el país andino, es de suponer que cualquier adquisición en el orden de medios blindados esté orientada, más bien, a vehículos de reconocimiento y de transporte de tropas.