En la presentación del presupuesto para los próximos tres años, el Gobierno argentino, encabezado por Mauricio Macri, hizo pública una propuesta para dotar al Ministerio de Defensa de unos 980 millones de dólares para la adquisición y mantenimiento de equipo militar. De este montante, 294 millones de dólares se destinarán a diversas compras a efectuar durante 2017.
Las adquisiciones previstas para el año que viene pasan por la compra de 12 aeronaves Beechcraft T-6C Texan II (de un total de 24 originalmente planeadas) y hasta cuatro unidades Airbus C-295, de las cuales dos serian para la Fuerza Aérea (para LADE) y dos para el Comando de Aviación Naval, una de transporte y otra en versión de patrulla marítima.
Si bien el pedido original del Ministerio de Defensa ascendía a casi más del doble (39.000 millones de pesos argentinos, unos 2.500 millones de dólares), desde la presidencia solo se habría habilitado en primera instancia partidas inferiores llegando a los 980 millones dólares, de los cuales un tercio serian recursos propios y los restantes dos tercios financiación externa.
Esta decisión complicaría las negociaciones en curso para la adquisición de hasta cuatro buques patrulleros OPV (con conversaciones avanzadas con Francia por su clase Gowind), un nuevo buque polar y una partida de vehículos blindados para el Ejercito. Por el camino quedarían también las esperanzas de la Fuerza Aérea de adquirir un nuevo interceptor rápido para reemplazar a sus Mirage e inclusive a los pocos Lockheed Martin A-4AR Fightinghawks que quedan en orden de vuelo. También la compra de los T-6C Texan II pondría en duda la continuidad del proyecto de reamortización del Pucará y hasta en peligro el propio Pampa III, programa que viene muy atrasado.
Queda por ver si estos montos presupuestados serán destinados realmente a la compra de nuevo material o si pasara nuevamente lo de años anteriores, donde los importes presupuestados para estos fines nunca fueron aplicados a tal fin.