La Unión Europea (UE) trabaja en permitir que países aliados como Estados Unidos, Reino Unido y Noruega participen en sus futuros proyectos conjuntos de defensa. Si se cumplen los planes previstos, las empresas británicas y estadounidenses, entre otras ajenas a la UE, podrán formar parte de los programas conjuntos de la denominada Cooperación Estructurada Permanente (Pesco), de la que en un principio iban a estar vedadas por tratarse de compañías externas a la UE, aunque únicamente podrán participar de forma excepcional.
La agencia británica Reuters cita a tres fuentes diplomáticas europeas, cuya identidad no revela, confirmando este movimiento. Esta decisión resuelve dos importantes asuntos relacionados con la nueva política europea de inversiones militares conjuntas. Por una parte había fuertes dudas sobre si Gran Bretaña podría participar en nuevos pactos de defensa de la UE, tras su decisión de salir de esta, y por otro EEUU ha estado presionando para que sus empresas no se queden sin posibilidades de entrar en los nuevos proyectos de defensa europeos.
La Unión Europea acordó a finales de julio destinar algo más de 7.000 millones de euros al denominado Fondo de Defensa Europeo entre los años 2021 y 2027, casi 6.000 millones menos de los inicialmente propuestos por la Comisión Europea, a causa en gran parte del embate del coronavirus. Se trata de una herramienta activada por primera vez en la historia europea que trata de estrechar lazos de cooperación entre las naciones de la UE, de modo que sumen esfuerzos en proyectos conjuntos. La agencia de noticias recuerda en este punto que frente a los 30 sistemas con los que cuenta la mayor potencia militar del mundo, Estados Unidos, los países de la Unión Europea disponen 178 en total. Como ejemplo, las fuerzas armadas del viejo continente operan hasta 17 tipos de carros de combate en la actualidad, frente a un único modelo en Estados Unidos.
Según las fuentes recogidas en la información, las compañías estadounidenses y británicas únicamente podrán participar en proyectos concretos en los que aporten conocimientos técnicos sustanciales. De este modo, países como Gran Bretaña, Estados Unidos y Noruega podrán participar en futuros proyectos europeos de desarrollo de aviones, helicópteros y armas, por ejemplo.
La decisión no afecta a la tradicional capacidad que los contratistas de defensa estadounidenses han tenido para presentar ofertas en contratos militares europeos individuales.
Por otra parte, es poco probable que Turquía vaya a poder servirse de esta nueva puerta, ya que el pacto de defensa de la UE incluye que los no miembros que participen en estos proyectos “apoyen y defiendan los valores europeos”, de acuerdo con una de las citadas fuentes. Actualmente existe una brecha abierta entre Bruselas y Ankara a cuenta de valores europeos como los relacionados con la libertad de expresión, la independencia judicial y la democracia.