Táctica Naval explica cómo se hace la guerra en y sobre la mar en la actualidad. El poder naval, distinto del terrestre o del aéreo, tiene como misión proteger las líneas de comunicación marítima y proyectar el poder naval sobre la tierra. El autor es Federico Supervielle, oficial de la Armada, máster en Seguridad, Paz y Conflictos Internacionales y en Historia Militar. Ha estado destinado a bordo de las fragatas Victoria y Canarias y del patrullero Tornado, y ha participado en la misión antipiratería de la Unión Europea en el Índico y en un despliegue de seguridad cooperativa en el Golfo de Guinea. La obra está dividida en seis capítulos, que van desde la guerra de superficie, la antisubmarina, la antiaérea, la electrónica y la anfibia.
Presenta este trabajo el almirante (R) Juan Rodríguez Garat y afirma que se trata de un libro ameno, bien estructurado y fácil de leer, servirá para que los aficionados hablen de táctica naval con más rigor. “Y servirá también -señala- para que los profesionales, sin olvidar del todo los procedimientos depurados por décadas de experiencia, levanten la cabeza de las publicaciones tácticas y recuerden que, además del valor que se les supone, de ellos se espera que, cada uno a su manera y en su nivel, interpreten el arte de la guerra”.
Aquí se muestra el qué y el cómo de la táctica naval, así que el aspecto estratégico y operacional se mencionan pero no son el centro de atención. De ahí su interés, pues es en lo táctico donde se decide lo pensado y planificado. Como se explica, el arte de la guerra en el nivel táctico consiste en provocar desequilibrios que permitan alcanzar la superioridad en el enfrentamiento, sea este cinético o de otro tipo. El comandante táctico puede encontrar ese desequilibrio en algo tan evidente como la superioridad numérica o algo tan difícil de evaluar como la moral.
Algo tan complejo como la maniobra o tan sencillo -y a la vez tan difícil como la sorpresa. Algo tan decisivo cuando se tiene como la superioridad tecnológica o tan útil como la asimetría en capacidades que se produce cuando, por ejemplo, se ataca a las defensas antiaéreas con artillería, en lugar de enfrentarlas a los aviones que están diseñadas para combatir.
Los contenidos son la seguridad marítima (operaciones, guardacostas, búsqueda y rescate); guerra de superficie (misiles, artillería, aviación embarcada, drones); la guerra electrónica (radar, interceptación de señales, inteligencia electrónica, contramedidas de perturbación, engaño y señuelos); guerra antiaérea (aviones, misiles); guerra antisubmarina (sonar, acústica, submarinos, torpedos, minas); y proyección (capacidad anfibia, operaciones anfibias, Infantería de Marina).
Cada capítulo termina con unas conclusiones y esto creo que es un valor añadido de la obra, así como el conjunto de los anexos, donde se tratan temas como los buques de acción marítima, las operaciones Socotora y Tribal Kat, un caso real de búsqueda y rescate (SAR), la defensa anti-misil o el ala fija embarcada de la Armada, con sus capacidades, perspectivas presupuestarias y posibles alternativas. Acompaña a la obra una extensa bibliografía, glosario de términos y numerosas ilustraciones.
El lector se dará cuenta que estamos ante una realidad que es un ejército verdaderamente expedicionario y virtualmente autosuficiente. Los procedimientos tácticos implican conocer los números, evaluar la moral, dominar los principios de la maniobra, imaginar las posibles sorpresas, entender las diferencias tecnológicas y valorar toda posible asimetría entre sus fuerzas y las de su enemigo. Todo esto y, además -como se señala- atreverse a pensar.
Ficha técnica
Táctica Naval. Guerra en el mar en el siglo XXI
Federico Supervielle
www.fsupervielle.com/menu-libros
@FSupervielleB