Brasil está actualmente inmersa en un plan de desarrollo de su arma submarina con la construcción de cuatro buques diesel y uno nuclear. En este contexto y dentro del III Simposio Internacional de Seguridad y Defensa Perú 2016, celebrado en la ciudad de Lima la semana pasada, el contralmirante Oscar Moreira Da Silva, actual comandante de la Fuerza de Submarinos de la Marina de Brasil, anució que el nuevo astillero que se está construyendo Brasil para fortalecer su arma submarina, cuyas obras ya adelantó Infodefensa.com, estará listo en 2018.
En este sentido, es de recordar que el alto mando de la Marina y el Ministerio de Defensa han decidido que se requiere de una fuerza submarina que combina unidades de propulsión convencional (por lo pronto, diésel-eléctricos) y unidades de propulsión nuclear, que pueden permanecer bajo la superficie marina hasta el punto en que los suministros se lo permitan, que de acuerdo al contralmirante Moreira permite una efectiva “negación del uso del mar” a un enemigo potencial.
La Marina de Brasil ha pactado con Francia y DCNS la construcción de cuatro submarinos Scorpene, la de un submarino nuclear, cuyo diseño se base en los Scorpene, y la implementación de un moderno astillero y base naval. Este proyecto es acompañado por el desarrollo de una estrategia naval que optimice el uso de los nuevos activos en la protección de los mares brasileros y que según Moreira, “otorga una gran relevancia a la fuerza de submarinos”.
Moreira ha revelado que, aparte del nuevo astillero, la primera sección del primer submarino estará completa en abril de 2017 y que se espera la botadura de esta unidad para julio de 2018. Este primer submarino Scorpene debería de estar operacional en el segundo semestre de 2020. Las siguientes unidades convencionales deberían ser incorporadas en 2022, 2023 y 2024.
Asimismo, la fase de desarrollo del proyecto del submarino de propulsión nuclear termina en enero de 2017 y se ha proyectado el inicio de la fase de construcción para octubre de ese mismo año. En 2025 se habría concluido la fabricación, para dar inicio a las pruebas de aceptación e incorporar el primer submarino nuclear de Brasil para el año 2027.
El contralmirante indica además que la asistencia técnica francesa no se extiende al desarrollo del reactor nuclear que equipará al submarino, labor que corre a cuenta de técnicos y entidades brasileras. La industria local intenta dominar el ciclo completo del combustible nuclear desde la década de los setentas, conocimiento que se ha utilizado en las plantas nucleares Angra I y Angra II, utilizadas para la generación comercial de electricidad.
En este sentido, Morerira aseguró que “el submarino de propulsión nuclear es mejor que uno equipado con AIP”, donde AIP significa sistema de propulsión independiente de aire, que genera aire para la tripulación y permite que un submarino convencional permanezca sumergido por más tiempo.
Una demanda histórica
En los últimos años el Ministerio de Defensa de Brasil ha colocado renovado énfasis en la necesidad pública de tener unas Fuerzas Armadas debidamente equipadas para asegurar la adecuado protección de los recursos naturales que alberga el territorio y aguas jurisdiccionales del gigante sudamericano.
El contralmirante Moreira resalta ese hecho al indicar los aproximadamente 4,5 millones de kilómetros cuadrados de aguas (incluyendo la Plataforma Continental, por cierto) y 7.500 kilómetros de línea costera que deben ser custodiados por la Marina de Brasil, en concordancia con la legislación internacional de los mares.
Fuerza submarina centenaria
La centenaria fuerza de submarinos brasilera ha utilizado unidades de diverso origen: italiano (FOCA y Clase Humaita), estadounidense (Fleet Tipo I y II, Guppy II y III), inglés (Oberon), alemán (209) y francés (Scorpene), aunque es recién en el año 1994 que el primer submarino fabricado en el país es comisionado, el S-31 Tamoio, manufacturado en el Arsenal Naval de Río de Janeiro que es un moderno sumergible tipo IKL-209-1400, segundo en su clase tras el S-30 Tupi, que fuera fabricado por HDW en la ciudad alemana de Kiel. En total, son cinco unidades 209-1400, el último de los cuales es el S-34 Tikuna, a los que se le suma el buque de soporte de submarinos NSS Felinto Perry.
La Marina brasilera dispone además de un simulador de submarinos, con grados de libertad de movimiento, en el Centro de Instrucción y Entrenamiento Almirante Áttila Monteiro Aché, en el que se capacita a los submarinistas brasileros en el empleo de sus buques, incluyendo simulaciones de maniobras avanzadas. También se entrena a los marinos en operaciones de rescate de submarinos (SarSub), que en la práctica implica una campaña de búsqueda, posicionamiento del buque de rescate sobre la posición del submarino siniestrado, inspección con vehículos sumergibles de operación remota y la conexión de una campana de rescate al casco del submarino para evacuar a la tripulación.
Foto: DCNS