La industria latinoamericana de defensa despega pese a la crisis

Latinoamérica ha sufrido un año 2016 convulso en lo político que, sin embargo, o no ha afectado demasiado al sector de la Defensa. Los cambios de gobierno en Perú, Brasil o Argentina, el alto el fuego en Colombia, la crisis social en Venezuela o el estancamiento económico en Chile son solo alguna de las situaciones vividas en una región cuya industria sectorial, a pesar de todo, se ha ido consolidando. De hecho, la industria de defensa latinoamericana ha empezado a caminar sola en el ámbito productivo -en el tecnológico aún le falta camino que andar- y en 2016 ha demostrado que puede construir sus propios productos, al menos en programas de pequeño y mediano tamaño.

Una muestra de esta afirmación son empresas como SIMA (Perú) y Cotecmar (Colombia), que no solo se han consolidado como diseñadores y constructores de buques de pequeño y mediano, sino que han empezado a extender sus mercados más allá de sus fronteras nacionales mientras que otras empresas, como Río Santiago (Argentina), han recuperado su posición como suministradores de sus propias armadas. 2016 también ha sido el año del asentamiento tecnológico en la región, empresas como Famae (Chile) han desarrollado productos como un simulador de tiro capaz de competir contra el que se le ponga por delante y otras como Indumil han puesto su pistola Córdova a la altura de las mejores. Caso aparte por tamaño es Embraer (Brasil), que en 2016 ha dejado visto para sentencia su mayor apuesta, el KC-390, y sus acuerdos con Saab para construir el Gripen.

Grandes adquisiciones

Más allá de los hitos de la industria local, muy importantes a lo largo de 2016, el año también ha destacado por la consolidación de los planes de modernización de Fuerzas Armadas iniciados por los distintos países. México inició la renovación de su Armada y el desmantelamiento de su obsoleta Fuerza Aérea para modernizarla, Argentina inició la ampliación de su flota de transporte con el C-295 , Colombia modernizó sus Bell UH-1H, terminó el proyecto de obús autopropulsado Joya e inició sus preparativos para el postconflicto, Perú recibió, no sin ciertos problemas, los helicópteros Mi-17Sh-P comprados a Rusia e inició el proceso de compra de vehículos Striker mientras que Venezuela adquirió helicópteros Mi-17-V5 y creó varias unidades nuevas. En Brasil, se encargaron 1.580 vehículos VBTP-MR 6x6 y aviones C-23B y Chile adquirió 330 camiones, helicópteros Black Hawk e inició las negociaciones para adquirir misiles ESSM para sus fragatas type 23. Bolivia se dotó de una red de radares e inició el proceso para adquirir aviones de combate, mientras que Ecuador modernizó su arsenal con 10.000 AK-47 y adquirió más de 700 camiones a China.

En resumen, cambios políticos aparte, el sector ha superado 2016 con una industria reforzada y todos los planes de modernización previstos puestos para este año en marcha definitivamente.

Foto: Marina de Guerra del Perú/SIMA