Los aviones de caza Lockheed Martin F-16A/B Block 15 Figthing Falcon cumplen 40 años al servicio de la Aviación Militar de Venezuela. Por más de dos décadas y hasta el arribo de los Sukhoi Su-30MK2, este sistema fue la punta de lanza del poder aéreo de la nación caribeña-sudamericana y continúa siendo un elemento fundamental de su aviación de combate.
En 1981, ante las realidades geopolíticas que prevalecían en la región y en el marco de la Guerra Fría, Venezuela solicitó al gobierno de Estados Unidos el suministro de 24 cazas nuevos de cuarta generación: F-16 Block 15 Fighting Falcon: 18 F-16A, monoplaza; y seis F-16B, biplaza. La autorización para la venta de los aviones le fue otorgada al fabricante General Dynamics (actual Lockheed Martin), rompiéndose, por primera vez, la postura oficial estadounidense de no permitir la transferencia de armamento de última generación a los países latinoamericanos.
Operación
Los primeros seis aviones arribaron a Venezuela el 16 de noviembre de 1983 y la entrega, del total de 24 adquiridos, se completó en 1985. Pero cabe señalar una fecha previa, el 31 de agosto de 1983, día en que se activó el Grupo Aéreo de Caza N° 16 para operar el sistema F-16A/B. Esta unidad tiene su sede en la base aérea ‘El Libertador’, ubicada en Palo Negro (Aragua) región centro norte costera del país.
En las décadas de los años ‘80 y ‘90, la operatividad de los F-16 venezolanos alcanzó niveles superiores (hasta un 85 %) al resto de los operadores de entonces. Tal es así, que en 1992, la entonces Fuerza Aérea venezolana fue invitada a participar —con sus F-16— en los ejercicios multinacionales Red Flag que se celebran anualmente en la base aérea Nellis de la US Air Force, en el estado de Nevada (Estados Unidos). Fue la primera vez que la fuerza aérea de un país no perteneciente a la OTAN participó en esos ejercicios.
Dos F-16A en un ejercicio de combate. Firma: ABN
Actualización
Desde su arribo al país, los F-16 han sido sometidos a varios procesos de actualización. A mediados de los años ‘90 fueron dotados —entre otros sistemas— de un contenedor de designación de blancos (Precision Guide Monitor PGM) Rafael Litening I; y a finales de esa misma década la empresa Samsung elevó las prestaciones de las turbinas Pratt & Whitney F100-PW-200 a la versión F100-PW-220.
Luego, en 2005 se inició el proceso de modernización Mid Life Update (MLU) de los F-16, que comprendía la revisión mayor de la estructura de los aviones a cargo de la empresa belga Sabca; y por parte de Elbis Systems, la modernización integral los sistemas electrónicos y la integración de los misiles aire-aire Rafael Python IV. Sin embargo,el proceso fue interrumpido porque las empresas contratistas extranjeras se vieron obligadas a retirarse por presión del gobierno de Estados Unidos, que a partir de ese año comenzó a vetar la venta de armamento y transferencia de tecnología militar estadounidense a Venezuela.
Desde entonces, la Aviación Militar venezolana ha tenido que realizar esfuerzos importantes para mantener operativos a sus F-16. Se estima que el inventario actual del Grupo Aéreo de Caza N°16 lo conforman 14 F-16A y cinco F-16B. Esto teniendo en cuenta que a lo largo de 40 años, del total de 24 aviones recibidos, tres se han perdido en accidentes: dos F-16A y un F-16B. Otros dos F-16A han sido desincorporados y ahora son exhibidos como piezas estáticas de museo.
Biplaza F-16B. Firma: AVN
El reemplazo
Desde hace casi 20 años se habla del reemplazo eventual del sistema F-16. Todo indicaría que el sucesor será el Sukhoi Su-35. De hecho, en 2012 —como informó Infodefensa.com— el gobierno venezolano formalizó su interés en adquirirlo ante su par ruso. Hubo otros modelos en consideración, según distintas fuentes, el Dassault Rafale y los Chendu J-10B y JF-17 Thunder también se mencionaron como opción. Sin embargo, aún no se conoce ninguna decisión oficial al respecto.