El ministro de Defensa israelí, Benny Gantz, ha suscrito este miércoles el anunciado memorando de entendimiento con su homólogo marroquí, Abdellatif Loudiyi, que “nos permitirá intercambiar ideas, iniciar proyectos conjuntos y dar luz verde a las exportaciones militares israelíes aquí”, en Marruecos. Así lo ha apuntado Gantz en un comunicado sobre este pacto en materia militar y de inteligencia sin precedentes en el mundo árabe. Ningún país de la región había oficializado hasta ahora un acuerdo de defensa de tanto calado.
Antes la visita de Gantz, que concluye este jueves por la noche y es la primera de la historia de un ministro de Defensa israelí a Marruecos, ambos países ya habían comenzado a trabajar, entre otros, en un proyecto que permitirá a Rabat fabricar drones militares, y que está previsto que el memorando suscrito ahora consolide, a través de nuevas alianzas para desarrollar una industria en Marruecos relacionada con la producción de munición merodeadora, también conocidos como drones kamikazes.
La prensa local también ha revelado el suministro previsto a Marruecos del avanzado sistema de defensa antiaérea israelí Iron Dome (Cúpula de Hierro), un desarrollo que durante sus diez años de existencia ha permitido a Tel Aviv interceptar miles de cohetes procedentes del territorio palestino de la Franja de Gaza, y que únicamente se ha acordado facilitar de momento a Estados Unidos. Por ahora no han trascendido los detalles de esta posible adquisición, si bien, en este contexto, esta misma semana se ha acordado la compra del sistema antidrones Skylock Dome, de la compañía israelí Skylock Systems (filial del Grupo Avnon) para fortalecer las capacidades defensivas marroquíes.
Entre los sistemas de defensa y seguridad que israel ya ha suministrado a Rabat también se encuentra el software espía Pegasus, de la compañía NSO, con el que según Amnistía Internacional, entre otras organizaciones, Marruecos ha espiado al presidente de Francia, Emmanuel Macron, algo que las autoridades del reino norteafricano han negado.
Rabat está protagonizando en los últimos años un proceso para la renovación y, sobre todo, la modernización del material y el equipamiento de sus Fuerzas Armadas Reales, que tiene como principales suministradores a Francia y Estados Unidos, y al que ahora suma a Israel, en el marco de normaización de ambos países de hace casi un año.
Desencuentro con Argelia
El memorando suscrito ahora sienta las bases para una cooperación en seguridad entre ambos países que, si bien ya había arrancado estos meses, ahora se formaliza, y lo hace coincidiendo con el desencuentro que mantiene Rabat con Argelia, que el pasado agosto rompió relaciones diplomáticas con su vecino del noroeste a cuenta en buena parte del conflicto del Sáhara Occidental, que hace un año volvió a recrudecerse tras casi 30 años de paz. No se trata de una casualidad, según el experto israelí en Marruecos, Bruce Maddy-Weitzman, que en el periódico The Times of Israel apunta a que, con el acuerdo militar de esta semana, Rabat podría estar tratando de demostrar tanto “a sus rivales argelinos” como a Occidente “que están profundizando su relación con Israel.
La normalización de relaciones entre Israel y Marruecos comenzó el pasado diciembre, en los llamados Acuerdos de Abraham, con el impulso de la administración del entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que a cambio reconoció la soberanía marroquí sobre la antigua provincia española del Sáhara Occidental. Sobre este territorio en conflicto volvieron los enfrentamientos hace ahora un año, tras el largo periodo de paz que acordaron en 1991 ambas partes: Marruecos y el Frente Polisario, que actúa en nombre de los antiguos habitantes de la exprovincia española que escaparon a Argelia tras la ocupación que protagonizó el primero.