La empresa mexicana Blindajes Epel, en el marco de un convenio con la compañía estadounidense Oskosh Corporation, fabricará el próximo año 100 vehículos blindados Sandcat para el Gobierno de México destinados a tareas militares y policiales. Este vehículo táctico militar contará con un blindaje nivel NIJ IV Plus, que resiste impactos de calibre 50, y tiene capacidad para nueve ocupantes.
El director general de la empresa mexicana Blindajes Epel, Ernesto Mizrahi, confirmó este pedido en una entrevista a Infodefensa.com en las instalaciones de la compañía inauguradas el pasado mes de septiembre. Esta nueva sede de producción tiene 10.200 metros cuadrados con una capacidad para fabricar alrededor de 60 vehículos al mes. Uno de ellos es el modelo Sandcat, el cual se encuentra en plena confección.
Para la manufactura de sus productos, explicó Mizrahi, se cuenta con tecnología “novedosa” en México. Es el caso de la máquina cortadora láser Mitsubishi modelo 3015eX, capaz de trabajar 24 horas los siete días de la semana con movimientos de perforación acelerados. En las instalaciones también trabaja la dobladora electro-hidráulica Yangli MB6-160X3100. Esta maquinaria permitirá la producción de 700 blindados al año, cifra que se espera rebasar durante el primer año de la planta.
A partir de esta tecnología, Epel maneja la técnica del termo formado, un tipo de blindaje que consiste en proteger el vehículo con una sola pieza de acero, en lugar de tener varios pedazos de acero soldados entre sí. De esta forma, “hay cero entradas balísticas y ahorra el 30% de peso que se traduce en mayor utilidad”, aseguró Mizrahi. Dos ejemplos de vehículos que contienen esta técnica son el Jeep Thrasher y el Jeep Thrasher X (anfibio), los cuales se comercializan en el país junto a la firma británica Jankel.
Otra de las tecnologías de última generación con las que trabaja esta empresa es el car-stop de la firma alemana Diehl, que consiste en un par de recipientes cerrados e instalados en el maletero, o cajuela del automóvil, activados mediante un mecanismo por el conductor, que exponen a radiación los motores de los vehículos que se encuentran detrás a una distancia de 3 a 15 metros. “Es un producto que no usa la fuerza y está restringido al Gobierno, a la parte policial, militar”, explicó.
Ernesto Mizrahi actúa además como presidente de la Asociación Mexicana de Blindadores Automotores (AMBA). Esta asociación concentra el 60% de la industria de la seguridad automotriz en ocho empresas. Al preguntar sobre el 40% restante del mercado, Mizrahi opina que no sería ético hablar de ellos, pues “son empresas que no tenemos claridad con qué fin trabajan”.
Sobre la guerra contra el narcotráfico que actualmente se vive en el país, Ernesto Mizrahi dice que no es un tema que aborde en lo cotidiano, pues “es la Secretaría de Seguridad Pública, el Ejército o la Marina los que se encargan de eso”. En este sentido, afirmó que “nosotros únicamente buscamos la protección de una persona que vive en un país con problemas de inseguridad. Nuestro trabajo es llevarla de su casa al negocio y del negocio a su casa, tanto a él como a su familia”.
Foto: Adrián Roa