La Dirección General de Armamento (DGA) francesa ha recibido los dos primeros aviones de entrenamiento Pilatus PC-21 de los 17 encargados al fabricante suizo Pilatus Aircraft. En estos aparatos se formarán los futuros pilotos del caza Rafale de Dassault Aviation.
Estas aeronaves sustituirán a los antiguos Dassault Alpha Jets y Aérospatiale Epsilon TB30 empleados por Francia para entrenar a sus pilotos de caza desde la década de los setenta.
La Fuerza Aérea Francesa firmó a finales de 2016 un contrato con la compañía Babcock Mission Critical Services France (BMCSF) para dotarse de los nuevos aviones, además de distinto material de formación en tierra, incluidos dos simuladores de misión y tres entrenadores, e infraestructura asociada. Con este acuerdo, del que Pilatus Aircraft es subcontratista, Francia se convirtió en el segundo cliente europeo del PC-21, después de la Fuerza Aérea Suiza. El mismo día en que el fabricante anunció la adquisición francesa también anunció la venta de dos unidades más a la compañía británica QinetiQ, operadora de la Escuela de Pilotos de Prueba del Imperio (ETPS, por sus siglas en inglés), y de otro par para la Real Fuerza Aérea Jordana. La venta de los 21 aparatos en total para los tres clientes se cuantificó en 300 millones de francos suizos (280 millones de euros).
En el caso del material adquirido por Francia, la entrega del lote completo tendrá lugar en 2019 para que en el verano de ese año ya reciban entrenamiento con él los primeros alumnos de la escuela de pilotos de combate de la Fuerza Aérea Francesa en Cognac, a donde llegaron las dos primeras unidades el pasado jueves. El Ministerio de las Fuerzas Armadas del país se hará con la propiedad del equipo en 2022.
Los PC-21 franceses se emplearán en la formación de los 290 pilotos de combate que deberán volar 250 horas cada uno al año, una parte en los propios Rafale, otra en simuladores y una tercera en el nuevo avión de entrenamiento, que cuenta en su cabina con un equipo de simulación del avión de combate. En él se trabajará para adiestrar a los pilotos en el vuelo de los Rafale en misiones de inteligencia, vigilancia y reconocimiento. Los vuelos de alta intensidad se continuarán entrenando en los Alpha Jet de la Fuerza Aérea Francesa, de los que la mayoría de unidades van a ser retiradas. El resto serán mejorados para continuar formando pilotos hasta finales de la década de 2020.
Denuncia checa del proceso
El Pilatus PC-21 se impuso en el programa francés de búsqueda de un nuevo entrenador a otros modelos, como el italiano M-345, fabricado por Leonardo. También se contempló en su momento que competirían para hacerse con este contrato la compañía checa Aero Vodochody, con una versión modernizada de su avión a reacción L39; la británica BAE Systems, fabricante del también reactor Hawk, y el norteamericano Beechraft T6 Texan.
El competidor checo llegó a denunciar el proceso francés de elección de su nuevo avión de entrenamiento por las preferencias que mostraron altos funcionaros galos por el PC-21, lo que les llevó a hablar de “competencia desleal e imparcialidad”.
El Pilatus PC-21 también fue anteriormente elegido por las fuerzas aéreas de Australia, que encargó 49 unidades a finales de 2015; Arabia Saudí, Catar, Emiratos Árabes unidos y Singapur.