El comandante del Mando Europeo de los Estados Unidos (Eucom), el general de cuatro estrellas Curtis Michael Scaparrotti, ha advertido de la necesidad de incrementar el poder naval de su país en Europa. De acuerdo con un comunicado del Departamento de Defensa, Scaparrotti se ha referido esta semana ante la Comisión de Servicios Armados del Senado expresamente a contrarrestar la modernización que ha emprendido la flota rusa con más buques de superficie y capacidad antisubmarina.
En concreto, el comandante de la Eucom ha explicado, durante una sesión a puerta cerrada, que se necesitan dos destructores más, a la vez que mejorar la capacidad de guerra antisubmarina, sobre la que no ha trascendido ninguna petición concreta. Al mismo tiempo reclama una rotación de componentes navales, incluidos grupos de ataque con portaaviones y grupos de ataque anfibios, “a un ritmo un poco mejor que el que he visto en los tres años que llevo al mando”.
“Como saben, nos encontramos frente a una flota rusa que está evolucionando y modernizándose”, ha explicado ante la comisión. De ahí, ha añadido, que “si queremos seguir dominando el entorno marítimo, en particular el submarino, como hacemos ahora, debemos seguir modernizando y construyendo capacidad”.
Además, continúa la nota del Pentágono, “no solo las fuerzas marítimas necesitan reforzarse en Europa para contrarrestar las amenazas o aumentar la disuasión allí”, ha afirmado Scaparrotti. Las fuerzas terrestres también precisan fortalecerse. “Dada la creciente amenaza de Rusia”, continúa el general, “me preocupa mi capacidad de inteligencia, vigilancia y reconocimiento”, para concluir con un contundente “necesito más ISR”, siglas en inglés para inteligencia, vigilancia y reconocimiento.
Durante su intervención, el máximo responsable de la Eucom ha puesto el acento también en los problemas que plantea el viejo continente en el traslado de tropas y equipos militares entre sus países, “dadas las distintas normas y regulaciones relacionadas con el peso y el tipo de cosas que pueden moverse sobre las carreteras y los trenes de las naciones europeas”. A esto se añade, “la incompatibilidad de las redes ferroviarias entre las de los países del oeste y los del este del continente”.
Se trata, concluye, de “un problema grave”. Su demanda pasa por “poder movernos 360 grados en Europa con nuestras fuerzas y también las de los aliados”. Scaparrotti apela en este punto directamente a los aliados europeos, de los que dice que también “están financiando, junto con muchos de esos proyectos, cosas que deberían hacer con respecto a los aeródromos, las líneas de combustible, el ferrocarril, etcétera”.
El militar estadounidense se refiere en su intervención a un reciente estudio de la OTAN sobre logística e infraestructura que ha evidenciado los desafíos de la interoperabilidad en Europa, hasta el punto de que los legisladores de la Unión Europea ya se han comprometido a invertir 7.000 millones de dólares para mejorar estos asuntos durante los próximos cinco o seis años.