Nuevo episodio del culebrón del portaavionesSão Paulo. La Marina de Brasil ha retomado el control del buque, a través de la Autoridad Marítima Brasileña (AMB), tras inspeccionar la antigua embarcación y certificar la existencia de averías en el casco que podrían provocar su hundimiento. Sin embargo, ha reafirmado en un comunicado que el astillero Sök Denizcilikve Tic continúa siendo el dueño del navío.
De esta manera, el buque de apoyo oceánico brasileño Purus ha reemplazado al remolcador neerlandés Alp Guard, que había sido contratado por Sök para transportar al São Paulo hasta Turquía para su desmantelamiento. Durante este relevamiento, que tuvo lugar a 170 millas náuticas de la costa brasileña (unos 315 km), se descubrió que la firma turca había dejado de pagar los servicios al remolcador desde finales de 2022.
Ante esto, la Marina aseguró que se ocupará de la embaración "con el fin de preservar la seguridad de la navegación, los daños a terceros y el medio ambiente" pero que no autorizará la aproximación del casco a aguas interiores ni puertos de Brasil "debido al alto riesgo que representa, con posibilidad de encallamiento, hundimiento o interdicción del canal de acceso a un puerto nacional, con pérdidas logísticas, operacionales y económicas para el Estado brasileño".
El buque de apoyo oceánico Purus. Foto: MB
Renuncia de MKS
Hace casi dos semanas, la empresa MKS, el operador marítimo contratado por Sök, comunicaba que renunciaba a continuar manteniendo en alta mar al portaaviones, alegando que había llegado al límite de su capacidad para hacer frente a los "elevadísimos" costes diarios que esto suponía y "antes de que la falta de recursos cause algún daño ambiental".
La compañía culpó a la Marina brasileña de este desenlace y la acusó de no haber hecho "los esfuerzos necesarios ni encontrado una solución para que el barco pueda atracar para ser reparado y luego encaminarse al correcto proceso de reciclaje verde de su material" en Turquía. Al momento de renunciar a él, la firma aseguró que el casco era seguro para el medio ambiente y para la navegación, algo que ahora la Marina refuta.
El portaaviones São Paulo ilustrado por Carlos Kirovsky
El antiguo portaaviones São Paulo es un buque que durante 20 años perteneció a la Marina brasileña. La unidad se vendió a Sök para su desmantelamiento y reciclaje respetuoso con el medio ambiente en un astillero internacional.
Cuando ya se dirigía a Turquía, el portaaviones tuvo que regresar a Brasil al negársele su ingreso al Maditerráneo y, ante el impedimento judicial para atracar en Pernambuco, desde el pasado octubre se encuentra en alta mar.
El São Paulo fue adquirido a la Marina Nacional francesa en 2000, cuando llevaba el nombre de Foch y tenía 43 años, con casi cuarenta de servicio activo. El buque tuvo una corta vida operativa en la Marina brasileña, donde sufrió una serie de averías y experimentó un grave accidente con pérdida de vidas.
Actualmente, Brasil cuenta con un buque de asalto anfibio portaaeronaves, el NAM Atlantic, que permite a la Marina mantener su capacidad de uso de medios aéreos.