El máximo jefe de la Agencia de Defensa Europea (EDA), el alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, ha advertido a los países miembros de la UE (Unión Europea) de la urgente necesidad de incrementar su colaboración en innovación de defensa. “Necesitamos hacer mucho más juntos y tenemos que hacerlo ahora. No podemos esperar”, ha apuntado. Para Borrell, “la elección para la UE es simple pero crucial: ¡o invertimos en innovación de defensa o nos volvemos irrelevantes!” Las exclamaciones van incluidas en el comunicado facilitado por la EDA sobre la apertura de su conferencia anual, que tuvo lugar esta pasada semana y de las que se extraen estas palabras.
La conferencia de este año lleva por título Innovación en la defensa europea, lo que Borrell celebró en su discurso de inauguración, porque, explicó, “nuestra capacidad colectiva para innovar, tanto a nivel de la UE como a nivel nacional, determinará la posición de la UE en el escenario mundial en los próximos años”. Sin embargo, insistió, la situación actual tiene mucho margen de mejora, y tanto la UE en conjunto como sus Estados miembros, deben hacer “mucho más” en esta área.
En contra de lo que las iniciativas europeas en colaboración en defensa de los últimos años podrían dar a entender (Fondos Europeos de Defensa, Cooperación Estructurada Permanente y Evaluación Anual Coordinada sobre Defensa, por ejemplo) los desembolsos en este ámbito han ido decreciendo. Así se recoge en el informe que la EDA acaba de presentar en su informe anual sobre gastos en defensa, elaborado a partir de la información facilitada por los ministerios competentes de los países miembros.
En el apartado concreto en investigación y tecnología (I+T) de defensa, el informe refleja que los estados de la UE emplearon en 2020 en proyectos de cooperación con otros estados de la UE la cuota más baja desde que la EDA registra estos parámetros (2005). En concreto, un 6% del total de I+T militar de la UE se desembolsó de forma coordinada. El resto se corresponde con inversiones que los países hacen por su cuenta.
Importancia estratégica
Frente a esta descoordinación Borrell insistió en la importancia estratégica de incrementar los planes europeos en innovación, no solo como acelerador de la competencia económica, sino también como herramienta clave en la competencia global que reestructura el entorno de seguridad internacional. “Hoy, la innovación está al frente y en el centro de la competencia estratégica global porque reestructurará el entorno de seguridad internacional”, apuntó. “Aquellos que obtengan una ventaja tecnológica y establezcan los estándares hoy dominarán el futuro”, dijo.
En el ámbito militar, estos avances incluye el desarrollo de tecnologías disruptivas emergentes (EDT, por las siglas en inglés de este concepto), como la inteligencia artificial. A menudo, destacó el jefe de la EDA, se trata de desarrollos de naturaleza dual, y que por tanto impactan tanto en dominios civiles como militares, y que tienen el potencial de alterar el carácter de la guerra, explicó: “Para mantener una ventaja sobre competidores y adversarios potenciales, debemos utilizar el potencial de las tecnologías emergentes y desarrollar capacidades de alta gama para equipar a nuestras fuerzas militares en todo el espectro”.
Colaboración con el sector civil
“Con el rápido desarrollo de las nuevas tecnologías en el ámbito civil y su rápido armamentismo, hoy más que nunca, la innovación está configurando el equilibrio de poder global”, destacó Borrell. En este marco, estar a la vanguardia de la innovación en defensa requiere para la EDA que las Fuerzas Armadas y los Ministerios de Defensa tengan una estrecha cooperación con el sector civil, que en la actualidad impulsa tanto las innovaciones tecnológicas puras como los usos innovadores.
Borrell insistió en que al comparar la UE y sus Estados miembros con otros actores globales, se observa que Europa está muy rezagada en términos de inversión en innovación de defensa, "y la brecha se está ensanchando". Como prueba, añadió, “los últimos datos de la EDA sugieren que en 2020 los Estados miembros de la UE gastaron aproximadamente 2.500 millones de euros en investigación y tecnología, solo el 1,2% del gasto total en defensa, con una tendencia a una mayor disminución en los próximos dos años, aunque el compromiso relacionado con la Pesco [acrónimo con el que es conocido en inglés la Cooperación Estructuras Permanente] fija el listón en el 2% de los presupuestos de defensa”. En cambio, el Departamento de Defensa de EEUU dedica cada año al menos 14.000 millones en investigación e innovación, lo que sí equivale a alrededor del 2% del presupuesto total de defensa del país.
Google gasta diez veces más en I+D
Otro ejemplo citado por la EDA: la compañía especializada en internet Google gasta en investigación y desarrollo (I+D) casi diez veces más de lo que los ministerios de defensa de la UE gastan juntos en I+T. “Ya no podemos permitirnos sentarnos al margen y ver cómo lo hacen los demás. La UE y sus Estados miembros deben hacer mucho más en la innovación de la defensa. Y deben hacerlo más juntos”, insistió el alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad.