(Infodefensa.com) Madrid - El secretario de Estado de Defensa, Pedro Argüelles, estima que los problemas técnicos detectados en el diseño y construcción por parte de Navantia del nuevo submarino S-80 provocarán su retraso hasta 2017 pero aseguró que no afectarán a su campaña de exportación, tal como algunos habían considerado.
El número dos de Defensa hizo estas declaraciones al diario El Economista después de conocer las conclusiones de la auditoría encargada a la empresa estadounidense Electric Boat, de General Dynamics, que confirma que necesita un rediseño, confirmando los análisis en este sentido realizados por la Armada española.
La solución es aumentar el empuje del submarino incrementando la eslora, ya que el desvió era de más del 8 por ciento. Tenemos que reprocesar la ingeniería y estudiar en qué zonas del casco hay que realizar ese alargamiento, dijo.
Esos cambios los aplicaremos en el submarino S-82 agregó-, el número dos de la serie, que pasará a ser la primera entrega, mientras que el S-81 se dejará para el final porque está en un estado de avance tan grande que sería más complicado y costoso.
Preguntado sobre en qué fecha estará listo el S-82, Argüelles contestó: es difícil poner una fecha con precisión, pero calculamos que se entregará en 2017.
Lo que le importa a Defensa es que no entre en un momento de quiebra nuestra fuerza submarina por falta de efectivos y eso se va a resolver gracias al lanzamiento de la carena (alargamiento de vida) del último submarino de la serie S-70 para asegurar su estabilidad cinco años más, agregó.
En cualquier caso, Argüelles consideró que todavía están a tiempo para capturar una parte del mercado de submarinos de la próxima generación y el S-80 sigue situado en las primeras plazas.
No se modifica el techo de gasto
Respecto al sobrecoste que representa este rediseño, contestó que el informe no entra en este terreno. Aporta información muy útil en el problema de los pesos, pero la solución del programa todavía no está formulada. Primero hay que acreditar que tenemos capacidad en Navantia para hacer un submarino que cumpla con las especificaciones de la Armada. Después, sabremos exactamente cuántas unidades se necesitan y su coste. Mientras, el techo de los 2.135 millones del programa no se va a modificar.
Preguntado si las prejubilaciones en Navantía habían influido en los problemas de diseño, el secretario de Estado de Defensa consideró que lo problemas aparecidos se derivan de la dificultad técnica que supone lanzar un submarino.
Es un problema común para Navantia y otros países de alto grado de sofisticación tecnológica, como EEUU, Reino Unido o Australia, con programas de submarinos que necesitan una rampa de aprendizaje muy prolongada y no tiene nada que ver con saber hacer fragatas o buques de patrullas marítimas. Navantia tiene un reconocido prestigio y todo el mercado sigue con atención que sea capaz de lograr un submarino competitivo.