La exposición internacional de defensa y seguridad DSEI 2017, que esta semana se celebra en Londres, llega en un buen momento para las relaciones comerciales entre España y Reino Unido en el sector de la defensa. En un panorama europeo marcado por las negociaciones para la salida del país anglosajón de la Unión Europea, Reino Unido fue el primer cliente de la industria de defensa española en 2016 con la compra de material por un importe próximo a los 1.300 millones de euros.
Esta cifra supone un tercio del total de la ventas de España el año pasado, que alcanzaron la cifra récord de 4.051 millones de euros, de acuerdo con el informe anual publicado por la Secretaria de Estado de Comercio. El país anglosajón adquirió cuatro aviones de transporte A400M, construido por Airbus DS en su planta de San Pablo en Sevilla, y dos aviones de reabastecimiento en vuelo MRTT, que se producen en las instalaciones de Airbus en Getafe, por 1167 millones. Además, compró componentes para el caza de combate, equipos electrónicos, vehículos terrestres y componentes, sistemas de armas y tecnología.
Programas colaborativos
Los datos reflejan que Reino Unido es un cliente de primer nivel para la industria española, aunque es cierto que la mayor parte de los ingresos procedieron de programas europeos asentados en suelo español. El experto en política de defensa y director de la publicación digital artículo 30, Gabriel Cortina, puntualiza que "la cifra se ajusta a la perspectiva española, pero no a la británica, porque se computan las cifras económicas de los programas colaborativos, como es el caso del consorcio Eurofighter o los productos aeroespaciales de Airbus, que implican enormes presupuestos".
Una forma de valorar, añade este experto, la actividad concreta de las empresas es la presencia en ferias internacionales. "En el caso español, por ejemplo, no se acude a las principales ferias terrestres y navales con un pabellón que agrupe a empresas nacionales. Caso aparte es el mercado aeronáutico, donde el catálogo de proveedores es amplio (electrónica, aviónica, composites, fibra, ingeniería...) pero van destinadas a programas internacionales. El mercado británico compra, sobre todo, al sector aeronáutico español que ha multiplicado por 303 sus ventas a este país y alcanza los 363 millones de euros, el 27,7% del total".
Salida de la Unión Europea
En un momento en el que se negocia en Bruselas las condiciones para la salida de los ingleses de la Unión Europea, todavía habrá que esperar un tiempo para ver cómo el Brexit puede afectar a la industria de defensa española. Un sector en el que Reino Unido a través de las firmas como Rolls Royce o Babcock tiene importantes intereses. Muestra de ello, es la reciente adquisición por parte de Rolls Royce de la compañía ITP, una operación ya aprobada por la Comisión Europea y sobre la que el Gobierno español deberá pronunciarse en los próximos meses.
Para el profesor de Economía Aplicada de la UCM Antonio Fonfría "el poder de negociación del Reino Unido frente a la UE en el ámbito de la defensa puede ser más elevado del que, a priori se pudiera suponer, debido al peso de su presupuesto en defensa, a las capacidades militares que posee y a que es una potencia nuclear, lo cual beneficia a la UE, independientemente de su situación como socio en la OTAN".
A este respecto, Cortina afirma que "hasta que el Brexit se consuma en todas sus dimensiones políticas y económicas la relación sigue siendo igual que con cualquier socio, tema que no afecta a la industria de defensa porque son acuerdos gobierno a gobierno". En el caso concreto español, recuerda que "no hay ningún acuerdo estratégico relevante Madrid-Londres en cuanto a cooperación conjunta en cuestiones estratégicas de seguridad, similar, por ejemplo, al Acuerdo de Lancaster entre Londres y París".
Relaciones en defensa
Más allá de los programas colaborativos, Cortina destaca la fabricación del Scout SV por parte de General Dynamics Santa Bárbara Sistemas, un desarrollo que se realiza en España a partir del Ascod (Pizarro) para el ejército británico. "Otros productos concretos de interés son vestuario y calzado para las fuerzas armadas y emergencias, y caben señalar los interesantes proyectos en curso en el campo de la desactivación de explosivos, rayos X, transmisión vídeo en vivo para vigilancia policial y protección de perímetros vía sensores".
Con Reino Unido dentro o fuera de la Unión Europea lo que parece claro es que el sector de la defensa y seguridad tiene un estatus propio dentro de las relaciones comerciales. En una reciente entrevista a Infodefensa.com, el agregado comercial de defensa de la embajada de Reino Unido en Madrid, Fernando Pons, explicó que el gobierno de Theresa May tiene la intención de continuar trabajando en proyectos de defensa con los países miembros de la Unión Europea en el desarrollo de capacidades, en un contexto en el que diversas amenazas como el yihadismo o los movimientos migratorios cuestionan la seguridad europea.
En este sentido, Fonfría asegura que "la cuestión más importante a considerar es si, como parece más probable, la situación final generada por el Brexit es la creación de una zona de libre comercio. Si fuese así, no habría limitaciones a los movimientos de mercancías, pero ¿se incluirían las de defensa o éstas pasarían a tener un estatus especial?".
En todo caso, el profesor de la UCM recuerda que en el corto plazo los cambios serán mínimo, puesto que la salida está prevista para 2019. Eso si, advierte de que "desde la perspectiva europea, habría que considerar la necesidad de mejorar las capacidades competitivas de las empresas, ya que la salida del Reino Unido impone políticas de apoyo a la base industrial de defensa más importantes de las que se venían realizando: es el resultado de tener un flanco más débil".