La creación de la futura Guardia Europea de Costas y Fronteras, propuesta esta semana por el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, conlleva de facto una dotación presupuestaria en adquisición de material mucho mayor de la disponible hasta ahora. De momento, como informó Infodefensa.com este jueves, se contempla una partida de 2.200 millones con cargo al presupuesto 2021-2027 para comprar, mantener y explotar “los activos aéreos, marítimos y terrestres para sus operaciones”, de acuerdo con la información facilitada por el organismo europeo. Esta cifra equivale a una media anual de 314,3 millones de euros durante el periodo presupuestario.
Teniendo en cuenta que el presupuesto para material en este apartado es en la actualidad de 40 millones, que además únicamente permitía adquirir equipamiento medio o pequeño, según recoge el diario El País, el desembolso previsto equivale a multiplicar por ocho ese esfuerzo.
“Para 2020 quiero que exista un cuerpo permanente de 10 000 agentes listos para apoyar a los más de 100 000 guardias fronterizos nacionales en su ardua tarea”, concretó Juncker durante su discurso del Estado de la Unión Europea de este jueves. En su intervención reconoció que para sacar adelante el proyecto “también debemos abordar la cuestión de los equipos”, por lo que, añadió, “necesitamos más aviones, más buques, más vehículos”.
El comisario europeo de Migración, Dimitris Avramopoulous, ha apuntado por su parte, que con la dotación prevista de 2.200 millones en siete años, las autoridades europeas sortearán “situaciones en las que la eficiencia de nuestras operaciones se ve reducida por la falta de equipamiento o recursos cuando los Estados miembros no responden a tiempo a nuestra petición de material o simplemente no aportan nada”.
El nuevo cuerpo fronterizo supone para la Comisión Europea un cambio radical, de acuerdo con la información divulgada por el propio organismo, ya que contribuirá a garantizar que la UE en su conjunto cuente con los medios necesarios para proteger sus fronteras comunes, responder ante futuros desafíos y mantener la viabilidad a largo plazo del espacio de libre circulación de Schengen.
La Guardia Europea de Costas y Fronteras estará conformada por personal de la agencia, a los agentes de la guardia de fronteras y a expertos en retorno en comisión de servicios o desplegados por los Estados miembros. El cuerpo estará plenamente operativo en 2020 y contará con 10 000 miembros listos para actuar. Poco a poco, el personal nacional desplegado a corto plazo irá disminuyendo y le sustituirá personal estatutario de la agencia y en comisión de servicios desde los Estados miembros para periodos más largos, lo que garantizará que la agencia funcionar del modo previsible y flexible que se necesita, a juicio de la Comisión Europea.