Proyectiles M795, cargas M4 para obuses, misiles Hellfire: el difícil rastro de las armas que EEUU suministra a Israel
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Proyectiles M795, cargas M4 para obuses, misiles Hellfire: el difícil rastro de las armas que EEUU suministra a Israel

A diferencia de la asistencia a Ucrania, Washington no ofrece muchos detalles de la que procura a Tel Aviv, que es el mayor receptor de ayuda militar norteamericana
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El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha anunciado que detendrá el suministro de ciertas armas a Israel, no todas, si ésta lanza el ataque anunciado contra Rafah, al sur de la Franja de Gaza. Es la primera vez, desde que comenzó el conflicto con el ataque de Hamás el pasado 7 de octubre, que Washington esgrime la carta de la congelación de su asistencia militar al país, que es el que más ayuda de este tipo ha recibido de los norteamericanos en la historia. Desde su creación, hace más de 70 años, suma 216.000 millones de dólares en estas partidas, incluidas los 38.000 millones aprobados por Obama en 2016 (el mayor paquete de todos) y los en torno a 15.000 millones que acaba de aprobar el Congreso.

Con ataque o sin ataque a Rafah, Biden se ha comprometido a garantizar, en todo caso, el envío de sistemas de misiles de defensa antimisiles Cúpula de Hierro, con los que Israel intercepta los cohetes que lanza Hamás sobre su territorio, y que son considerados, por tanto, como un medio básico de defensa del país. Y también continuarán, independientemente de lo que haga Tel Aviv, los envíos de armamento que ésta puede emplear para responder a ataques como los que recibió de Irán el pasado abril, como contestación al golpe que el consulado iraní en Damasco recibió unos días antes. Lo que el presidente de EEUU dice no estar dispuesto a seguir suministrando, si la ofensiva contra el sur de Palestina se hace efectiva, son armas susceptibles de ser empleadas en zonas densamente pobladas de Rafah, donde se refugian más de un millón de personas, informa The New York Times.

De momento, EEUU ya detuvo la semana pasada un envío previsto de 3.500 bombas que potencialmente podrían emplearse en el ataque previsto por Israel. Es la primera vez que Biden toma una medida de este tipo desde el ataque de Hamás del pasado octubre. Desde entonces, Washington ha mantenido un envío constante de material militar a su aliado de Oriente Próximo. Sin embargo, al contrario que los permanentes informes sobre los suministros que viene realizando a Ucrania desde que Rusia la atacó, en febrero de 2022, para el caso de Israel, EEUU no mantiene un flujo de informes detallados.

Munición para carros de combate

El Departamento de Defensa únicamente ha facilitado hasta el momento un par de comunicados de prensa sobre las ventas militares de urgencia a Israel, ambos fechados el pasado diciembre, recuerda el medio norteamericano. Esas informaciones oficiales recogen que desde el inicio del conflicto en octubre, y hasta final de año, la ayuda procurada por EEUU a Israel incluyó 52.229 proyectiles de artillería M795 de 155 milímetros, 30.000 cargas propulsoras M4 para obuses, 4.792 proyectiles de artillería M107 de 155 mm y 13.981 proyectiles M830A1 para alimentar los cañones de 120 mm de los carros de combate.

La Defensa estadounidense no está obligada a informar de los suministros de armamento que procura a Israel cuando estos no son demasiado elevados. De esta manera puede acabar completando grandes lotes de envíos sin que trascienda si los divide convenientemente. El diario The Washington Post ha revelado que de esta forma Washington ha acordado, y entregado, más de un centenar de ventas militares extranjeras a Israel desde el 7 de octubre. Se incluyen, pone como ejemplo The New York Times, una venta de kits para convertir en guiadas bombas que no lo son por una cantidad de 320 millones de dólares, que se suma a otro pedido anterior similar por 403 millones.

A todo ello se suman distintas bombas de entre 250 y 2.000 libras procedentes de arsenales estadounidenses en Israel, afirma el periódico neoyorquino. Además cita las informaciones recogidas por la Fundación para la Defensa de las Democracias (FDD), con sede en Washington, en las que se incluyen sistemas de defensa aérea, municiones guiadas de precisión, proyectiles de artillería, munición para carros de combate, armas ligeras, misiles Hellfire para su uso por drones, proyectiles de 30 mm, dispositivos de visión nocturna PVS-14 y cohetes desechables disparados desde el hombro.

Más recientemente, a finales de abril, ha trascendido el nuevo paquete de ayuda estadounidense a Israel aprobado por el Congreso, por un montante de 26.000 millones de dólares. En él se incluyen 9.100 millones para cuestiones humanitarias, incluida asistencia a Gaza, de modo que el grueso de los 16.900 millones restantes van destinados aparentemente a suministros militares. El secretario de Defensa, Lloyd J. Austin, reveló hace unos meses que la solicitud realizada al Comité de Asignaciones del Senado “para ayudar a Israel a defenderse” alcanzaba los 10.600 millones. Se trata de una cantidad incluida en un paquete de ayuda que también englobaba una cifra mayor para Ucrania, y que es el que el Congreso ha estado reteniendo hasta su aprobación el mes pasado.

“A la velocidad de la guerra”

Austin detalló, semanas después del inicio de la ofensiva en Gaza, que Estados Unidos estaba procurando asistencia de seguridad a Israel “a la velocidad de la guerra”. Esa ayuda contemplaba, entre otras, capacidades de defensa aérea, municiones guiadas de precisión, bombas de pequeño diámetro y otros equipos clave.

Para financiar los envíos de urgencia que Estados Unidos ha estado realizando en los últimos meses para alimentar el arsenal de las Fuerzas Armadas de Israel, Washington ha estado echando mano del acuerdo comprometido, desde 2016, para el suministro anual de 3.800 millones dólares en armas al país. Estos envíos, desglosados en 3.300 millones para la adquisición de armas y otros 500 millones para defensa antimisiles, responden al acuerdo del mayor paquete de ayuda militar de la historia de EEUU, que fue suscrito por el presidente Obama en 2016. Se trata de una asistencia acordada con Tel Aviv por un total de 38.000 millones de dólares en defensa para la década comprendida entre 2019 y 2028.

216.000 millones

Hasta la aprobación de ese importante compromiso de ayuda para diez años, Israel ya acumulaba, desde de su creación, en 1948, un volumen de 124.300 millones de dólares en asistencia militar de Estados Unidos. Eso ya le convertía en el mayor receptor del planeta de estos suministros. Sumando el compromiso suscrito hace años más el paquete recién aprobado y otros conceptos, la cifra ya alcanza los 216.000 millones de dólares, según los datos del grupo de expertos de la entidad sin ánimo de lucro Consejo de Relaciones Exteriores (CFR,  por sus siglas en inglés), que incluye entre sus más de 5.000 miembros a ex secretarios de estado y exdirectores de la CIA.



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