(Infodefensa.com)
Colombia ha venido adelantando (con muchos obstáculos y sin un pronto final) su proceso de selección y adquisición de un nuevo avión o caza de combate, con el cual renovar su flota de superioridad aérea, compuesta en la actualidad por sus 22 aeronaves del tipo IAI Kfir C10/12 COA.
Este proceso iniciado en la década pasada tuvo como su principal impulsor al general (R) Carlos Bueno Vargas, comandante de la Fuerza Aérea Colombiana (FAC) hasta finales del 2018.
El general Bueno ha conversado con Infodefensa.com, compartiendo aspectos no conocidos hasta ahora de este proceso y su opinión y visión del futuro del ala de caza de combate colombiana.
¿Cómo sintetizaría el estado actual de la flota de superioridad aérea colombiana, teniendo en cuenta el proceso de modernización de sistemas al que fue sometida en años pasados?
La flota Kfir ha tenido a través del tiempo una serie de modernizaciones importantes, que le han permitido al escuadrón cumplir con su misión de manera sobresaliente tanto en el desarrollo de operaciones de control del orden público en el ámbito interno, así como en su tarea fundamental de la defensa de la soberanía nacional y el control del espacio aéreo. Derivada de la exitosa participación de estas aeronaves en ejercicios internacionales de alto nivel, se obtuvo precisamente la información de lo que debía modernizarse y actualizarse con las últimas tecnologías, para ser más eficientes y seguros, en la importante misión asignada, llegando a lograr un nivel de tecnología en aviación de combate de generación 4.5, logrando desarrollos en la entrega de armas, mayor precisión en la adquisición del blanco, capacidades en guerra electrónica, casco inteligente entre otras, pero desafortunadamente algunos componentes y sistemas no podían recibir estas modernizaciones, tales como su planta motriz, sistemas hidráulicos y de combustible, entre otros que hacen que la consecución de repuestos, su mantenimiento y el valor de hora de vuelo se incremente excesivamente. En resumen, tenemos hoy un escuadrón de aviones Kfir modernizado y con un extraordinario talento humano operándolo, pero que por su tiempo de servicio su vida útil se reduce, mientras aumentan los costos para mantenerlo operativo. Esta es la razón fundamental que ha llevado al necesario reemplazo de otras aeronaves en los diferentes escuadrones de la Fuerza Aérea a lo largo de su historia.
¿Qué es el sistema integral de defensa aérea nacional?
Básicamente este es un programa de estudio, planeación para la adquisición y actualización de capacidades de la Fuerza Aérea, en términos de aeronaves, radares, y armamento. Es un concepto que integra, de manera holística, las diferentes capacidades necesarias y requeridas para la efectiva seguridad y defensa de la nación desde la perspectiva aérea, tales como los radares de alerta temprana, las comunicaciones modernas seguras y estandarizadas, las aeronaves de superioridad aérea y sus tripulaciones, así como los centros de mando y control en donde se administran eficientemente estos recursos y todos los demás que sean requeridos para la Defensa de la soberanía nacional y el efectivo control del espacio aéreo.
Durante su comando, la FAC tuvo la oportunidad de observar y estudiar en detalle aviones de combate de diferentes fabricantes alrededor del mundo. ¿Cómo fue este proceso?
Realmente este proceso, serio y muy profesional, de estudio de las diferentes aeronaves disponibles en el mercado y con las características ideales para reemplazar a nuestro emblemático avión Kfir se inició desde que recibí esta tarea de liderar este análisis estratégico de manos del señor General Guillermo León comandante de la Fuerza Aérea en ese momento, mientras me desempeñaba como jefe de Operaciones. El mismo consistió en, una vez seleccionadas las aeronaves a estudiar, coordinar las visitas a las casas fabricantes de las mismas y acompañado de un grupo interdisciplinario que incluía pilotos, técnicos expertos en mantenimiento, armamento, sistemas, también con oficiales logísticos entre otros, viajar a esos diferentes sitios para volar en la plataforma ofrecida y recibir horas de información y presentaciones, que nos permitieran evaluar concienzudamente cada una de ellas y así construir una matriz de selección comparativa, que incluía todos los factores posibles a ser analizados y ponderados, con meticulosidad y profesionalismo, para de esta forma presentar al mando y al Gobierno Nacional las mejores opciones en términos de capacidades, tecnología y costo beneficio para el país. Posteriormente, ya como comandante de la Fuerza Aérea, se iniciaron los primeros acercamientos internacionales de alto nivel y de manera seria, que incluyó por ejemplo la firma y entrega de la carta de solicitud formal LOR, para avanzar en torno a este necesario y gran proyecto, el cambio a mediano plazo de nuestra flota de aeronaves de superioridad aérea.
La lista corta está conformada por cuatro diferentes tipos de modelos ¿Cómo se llega –dentro del proceso- a esa preselección?
Se fueron descartando algunos modelos que son superados en los puntos a ser analizados por otras plataformas de mayor tecnología y prestaciones, menor costo de adquisición y operación, mejores tasas de financiamiento, subsidios, sostenibilidad, adaptabilidad a la institución, valor agregado en transferencia de tecnología y generación de empleo, alrededor del proyecto, entre otros filtros, así como aspectos de índole geoestratégico que lógicamente tienen un peso importante en la selección final.
¿Cuáles son los criterios que debe tener en cuenta el Gobierno colombiano para seleccionar su próximo avión de combate?
A mi juicio son varios los criterios que el Gobierno debe considerar para la selección del próximo avión de combate de los colombianos, que volará por décadas en los cielos de la patria. Inicialmente valorar la experiencia y profesionalismo con que fue hecho el estudio por varios años por parte de la Fuerza Aérea Colombiana; es decir, depositar confianza en los resultados técnicos de ese análisis, presentados por personal altamente especializado y objetivo, quienes estudiaron múltiples aeronaves para llegar a una que sea realmente multirol que represente un salto estratégico en las capacidades para la defensa de la soberanía, incrementando la disuasión creíble, que sea efectivo en la cobertura de las fuerzas de superficie y potencialice sus capacidades, que este a la altura de un país que es aliado global OTAN, pero que a la vez sea efectivo en la lucha contra el narcotráfico, y todos los grupos armados organizados que atentan contra la vida y bienes de los colombianos. Otro criterio es el de evitar que este tema de interés nacional se politice y se permita que esas discusiones y voces en contra de fortalecer las capacidades esenciales de la seguridad y defensa obstaculicen la adquisición del arma más poderosa con que cuenta Colombia para enfrentar las múltiples amenazas de orden interno y externo que tiene actualmente nuestra nación.
¿Por qué se debe surtir el proceso de renovación de la flota de cazas?
Sencillamente porque el escuadrón Kfir que ha demostrado gran efectividad en todas las misiones que le han sido asignadas, así como en su momento lo hizo el escuadrón Mirage que por obsolescencia fue reemplazo por este último, está llegando al fin de su vida útil con un horizonte de empleo final al 2023 y los costos asociados a su operación se aumentan día por día, y la consecución de algunos repuestos son cada vez más difíciles de obtener. También porque esa gran capacidad con la que cuenta la Fuerza Aérea en términos de pilotos y técnicos altamente entrenados se perdería al salir del servicio el ultimo avión Kfir y recuperarla tarda mucho tiempo y es de alto costo. Y, lo más importante, Colombia es una potencia regional, con muchos recursos y desarrollos que nos ha costado mucho a los colombianos construir, pero estos de nada sirven sino tenemos la mínima capacidad para protegerlos, y esta capacidad descansa fundamentalmente en un escuadrón de superioridad aérea. Esto no es un lujo ni un capricho, es una inversión para la seguridad futura de Colombia y una gran responsabilidad del Gobierno de no dejar desprotegida a la nación. Hay que pensar siempre en el costo de no tener. Hoy puede parecer mucho dinero para su adquisición, pero pensando en el valor de lo que defendería este escuadrón y en las amenazas reales que enfrentamos, se justifica ese esfuerzo del estado y de los ciudadanos de bien para conseguirlo.
¿Cuál es el número ideal de cazas que debe adquirir Colombia? ¿Deben ser nuevos o pueden ser de segunda mano?
Los escuadrones ideales modernos en las diferentes Fuerzas Aéreas están conformados principalmente por 24 aeronaves, pero esto obedece a un estudio del tamaño del país, el balance de potenciales y las amenazas recurrentes. Al respecto de si nuevos o usados, diría como menciona el dicho popular que la mejor marca es nuevo, pero sin duda esto no descalifica a aeronaves de segunda mano, pero normalmente los costos en mantenimiento, garantías del producto, etc. siempre son más altos y no se cuentan con estas últimas. Recordemos que los aviones Kfir son de segunda mano y ya llevan volando más de cuarenta años. Colombia y su Fuerza Aérea no estrenan o adquiere aeronaves nuevas de este tipo de superioridad aérea desde los años setenta, cuando se compraron los aviones Mirage M5. Creo que es hora de renovar esa capacidad con aeronaves nuevas de última generación. El país los necesita con urgencia y, si me permite decirlo, los merece.
¿Aeronaves de fabricación estadounidense o europea?
Realmente las aeronaves son estudiadas independientemente de donde sean fabricadas, tienen mucho que ofrecer en tecnología, maniobrabilidad, aviónica, armamento etc, pero a mi criterio los aviones estadounidenses analizados, específicamente el F16, es tal vez la plataforma de superioridad aérea más vendida alrededor del mundo, la más probada en escenarios reales y tiene una gran experiencia por lo mismo, tanto en pilotos capacitados como un gran conocimiento en los sistemas y procedimientos de mantenimiento, eso se traduce en un gran legado operacional para compartir. Es esencialmente un avión multitareas y especialmente el bloque 70, que es el que se está estudiando, ofrece sin duda lo último en tecnología disponible. Adicionalmente, no hay que olvidar que Estados Unidos han sido por décadas el mayor aliado estratégico para nuestra seguridad y ha confrontado conjuntamente las múltiples amenazas comunes que tenemos, hemos desarrollado varios ejercicios internacionales compartiendo escenarios simulados con este tipo de aeronaves y aprendimos mucho de su doctrina de empleo. Finalmente, el escuadrón Swamp Fox de Carolina del Sur, que cuenta con 24 de estos aviones, es partner del escuadrón Kfir y ha contribuido notoriamente al fortalecimiento de las capacidades del mismo.
¿Cómo considera la FAC que un oferente condicione o limite el uso final del avión?
Realmente este fue uno de los factores analizados en la matriz, que una vez adquirida la plataforma el empleo de la misma no estuviera condicionada a ninguna restricción política o de cualquier índole, es decir, se buscó que prevaleciera la autonomía operacional. La Fuerza Aérea Colombiana ha sido modelo en la planeación y ejecución de la aplicación de la fuerza en las diferentes operaciones complejas que desarrolla, su virtud es el conocimiento del DIH y su estricto cumplimiento, por lo tanto sería inadmisible aceptar una restricción o limitación en la autonomía operacional de cualquiera de sus aeronaves.