El Ministerio de Defensa ha adjudicado a la empresa Iqua Robotics el proyecto de I+D con un presupuesto de 1,5 millones de euros para el desarrollo de un submarino no tripulado, bautizado como Mare Vulpe, capaz de integrar diferentes sensores.
El programa, gestionado por la Dirección General de Armamento y Material (DGAM), apuesta en concreto por el desarrollo y validación de un Sistema Submarino No Tripulado Militar (Ssntm) para apoyar a la Armada en misiones muy distintas; desde detección, clasificación e identificación de minas y mapeo del fondo marino; hasta protección de infraestructuras críticas y vigilancia de rutas; pasando por actividad de intervención subacuática.
Iqua Robotics ya ha suministrado vehículos submarinos no tripulados (UUV) a la Armada. Su sistema Sparus II está en servicio en las unidades de buceadores de la Fuerza de Medidas Contra Minas (FMCM) y el Instituto Hidrográfico.
El nuevo sistema contará con cuatro elementos principales: el puesto de operación móvil integrado en el mando y control de los buques; el sistema de lanzamiento y recuperación (LARS) para el arriado e izado de la plataforma desde buque o muelle; el vehículo autónomo submarino con los sensores; y las comunicaciones entre los distintos sistemas y subsistemas que permita el envío de datos, imágenes y vídeo. En el caso del LARS, el pliego de la licitación, consultado por Infodefensa.com, fija su desarrollo como un deseable.
Características técnicas: hasta 125 kg y 2,3 metros de eslora
El Vehículo Submarino no Tripulado (UUV) tendrá un solo cuerpo formado por una estructura de material amagnético, con una baja firma acústica para dificultar su detección, y estará diseñado para facilitar su puesta a flote y recogida, de acuerdo con los requisitos generales de la plataforma.
Respecto a las dimensiones, no deberá superar los 2,3 metros de largo, 0,25 metros de diámetro -cuerpo estanco-, 0,55 metros de ancho -incluido los propulsores- y 0,6 metros de alto. El peso en seco será inferior a los 125 kg, un valor estimado que podría ser modificado durante la ejecución del proyecto si así se aconseja, matizan los pliegos.
El vehículo podrá operar a una profundidad de al menos 300 metros. En la parte superior dispondrá de antenas de comunicaciones e integrará diferentes sensores como una cámara óptica de vídeo y fotografía, sonar de apertura sintética y medidores de las condiciones marinas.
Las comunicaciones con el buque o con tierra firme se realizarán mediante una boya de comunicaciones conectada al UUV con un cable de poca resistencia hidrodinámica. Los datos se enviarán de forma inalámbrica de la boya al puesto de operación. El vehículo contendrá además una radio que permitirá también la transmisión de datos de misión. El submarino contará con tres modos: autónomo, teleoperado y espera.
Iqua Robotics, con sede en el Parque Científico y Tecnológico de Girona, está especializada en la fabricación de vehículos autónomos submarinos. Además del Sparus II, la compañía cuenta con el Girona 500. Estos vehículos, explica la empresa, son ligeros y versátiles, y pueden configurarse para un amplio abanico de tareas. La empresa también comercializa soluciones de hardware y software para el mercado de exploración submarina.