El Consejo de Ministros ha autorizado la adquisición de munición de lanzagranadas automáticas de 40x53 milímetros para los sistemas LAG-40 y MK-19 a través de un acuerdo marco dotado con 15.036.670 euros y una duración de dos años. Los proyectiles serán distribuidos entre el Ejército de Tierra y la Armada.
Tal y como ha explicado el Consejo, “este acuerdo garantiza la operatividad de las unidades tanto en actividades de instrucción y adiestramiento como en el desarrollo de las Operaciones de Mantenimiento de Paz”. Además, “completa la reserva de munición de la Fuerza Conjunta y la Reserva del Ejército”.
La licitación fue iniciada por la Junta de Contratación del Ejército de Tierra a principios del pasado mes de febrero y ya anticipaba una cuantía muy similar a la recién anunciada. Según publicó Infodefensa.com, el incremento de presupuesto en este acuerdo en relación a los anteriores, planteados en 2017 y 2020 con un presupuesto estimado de 3,8 y 6 millones de euros respectivamente, se debe a que, según se ha descubierto en la guerra de Ucrania, el stock disponible en los arsenales duraría solo unas horas al ritmo de los combates que se han visto en el conflicto europeo.
La Junta de Contratación anticipó que la adquisición de los proyectiles de 40x53 milímetros se dividirá en tres lotes distintos. El primero estará compuesto por granadas de tipo altamente explosivo (HE por sus siglas en inglés). El segundo incluirá granadas perforantes, altamente explosivas y de uso dual, más conocidas como HEDP. En el tercer y último lote se suministrarán granadas de entrenamiento trazadoras de tipo TP-T. No obstante, todavía no se han hecho públicos los detalles en cuanto a número de unidades a adquirir, precio por proyectil o plazos de entrega.
Lanzadores de cinta accionados por retroceso
El lanzagranadas LAG-40, desarrollado por Santa Bárbara Sistemas, es una de las armas más utilizadas por las secciones AMP de las compañías de armas de los batallones de desembarco de la Armada. El sistema, de casi 1 metro de longitud y 34 kilogramos de peso, puede ser montado en un trípode terrestre o en un vehículo ligero y se combina normalmente con una ametralladora pesada de calibre 12,70 mm. Gracias al sistema de alimentación por cinta y accionamiento por retroceso, el lanzagranadas ofrece una cadencia de tiro de hasta 215 disparos por minuto, acelera los proyectiles a 240 metros por segundo y tiene un alcance efectivo de 1500 metros.
Por su parte, el MK-19, a pesar de su antigüedad, sigue destacando como uno de los lanzagranadas más reconocidos del mercado y se mantiene en servicio en las Fuerzas Armadas de países como Estados Unidos, Colombia, Israel, México o Turquía. Este sistema, desarrollado por General Dymanics, tuvo un gran protagonismo en la guerra de Vietnam, ya que introdujo mejoras significativas con respecto a su predecesor accionado por manivela, denominado MK-18. Estas actualizaciones incluyeron un mecanismo de alimentación automática mediante cinta, recarga por retroceso y un sistema de refrigeración por aire para evitar sobrecalentamientos y explosiones inesperadas de la munición. Estas características hacen que el MK-19 sea muy similar al LAG-40 en cuanto a operación y efectividad en combate.
Contratos de artillería y munición explosiva
Desde principios de 2024, el Ejército de Tierra está centrando sus esfuerzos en mejorar y aumentar su arsenal en materia de artillería y municiones explosivas a través de distintas licitaciones. Hace menos de un mes, el Consejo de Ministros también dio luz verde a la adquisición de sistemas lanzacohete de 90 milímetros con diferentes cabezas de combate y un módulo de realidad virtual para el adiestramiento del personal en el manejo de estas armas.
Salvo cambios de última hora, se prevé que Tierra elija de nuevo el lanzador C90 fabricado por la firma española Instalaza, que se configura como el único sistema de este tipo en servicio en distintas versiones en unidades de las Fuerzas Armadas españolas. Este lanzacohetes desechable está diseñado para un uso rápido y sencillo y tiene las capacidades necesarias para atacar una amplia variedad de objetivos.
Este acuerdo se suma a otros tres grandes contratos para el suministro de proyectiles de 105 y 155 milímetros, con un valor conjunto aproximado de 570 millones. La inversión en munición de artillería de campaña supera ya los 900 millones al sumar todas estas licitaciones, aunque, debido al carácter reservado de los pliegos del Ejército de Tierra, la cifra total de cargas adquiridas todavía es desconocida.