Remolcadores, logísticos e hidrográficos: la renovación de la Armada empieza por los buques auxiliares

La Armada ha iniciado una profunda renovación de sus buques auxiliares, embarcaciones no tan conocidas como sus fragatas o submarinos, pero que desempeñan misiones en muchos casos fundamentales para la navegación y la correcta operatividad de la flota. En poco más de un mes, se han puesto en marcha la adquisición de cinco embarcaciones: un buque remolcador, dos buques de transporte logístico (uno para el Ejército de Tierra) y otros dos buques hidrográficos. A esto hay que sumar el nuevo BAM de intervención subacuática que construye el astillero de Navantia en Puerto Real (Cádiz) desde el pasado mes de junio.

En los seis buques, la Armada tiene previsto invertir más de 380 millones de euros (381,6 millones, para ser exactos). Aunque no todos serán de nueva construcción. En principio, el plan es adquirir de segunda mano tanto el remolcador como los dos transportes logísticos, mientras que los hidrográficos serán encargados, como el BAM-IS, también a Navantia. La adquisición de estas embarcaciones permitirá sustituir barcos que llevan de media 40 años en servicio en la Armada, en algunos casos más.

Entrando en detalle, el programa para la compra de dos buques hidrográficos costeros (BHC) cuenta con casi 160 millones de euros (158,6). El Gobierno dio el visto bueno a la construcción de las embarcaciones hace apenas dos semanas. Las embarcaciones se construirán en el centro de trabajo de Navantia en San Fernando. Si bien no ocupan grandes titulares, estos barcos, pertenecientes al Instituto Hidrográfico de la Marina, son fundamentales para garantizar la navegación. Su principal misión es la actualización de la cartografía náutica oficial en España que utilizan los miles de barcos de todo tipo que a diario surcan las aguas de soberanía nacional.

Dos de estos buques en servicio, el Tofiño y el Malaspina, se han llevado a cabo recientemente misiones en la isla de La Palma para actualizar la línea de costa y el fondo marino tras las recientes erupciones volcánicas. Los nuevos BHC reemplazarán al Antares, en servicio desde hace más de medio siglo en la Armada.

El que ya está en construcción es el mencionado BAM-IS Poseidón que reemplazará a otro veterano de la flota, el Neptuno. Este programa está valorado en 166,5 millones de euros. Con esta embarcación, la Armada incrementará considerablemente su capacidad de intervención subacuática con medios de última generación para el rescate, por ejemplo, de una tripulación en caso de accidente de un submarino. La adquisición de esta plataforma está ligada a la entrada en servicio de los S80. El primero, el S81 Isaac Peral, estará operativo a finales de este mismo año, de acuerdo con el calendario previsto por el Ministerio de Defensa.

Logísticos y remolcadores

Asimismo, ya están en marcha dos licitaciones para la adquisición de sendos buques multipropósito de transporte logístico por un importe conjunto de 41,5 millones. La primera licitación, con un importe de 20 millones de euros, tiene como objetivo el suministro de un buque logístico para la Armada. Este barco reemplazará al veterano Contramaestre Casado, al final de su vida operativa. El segundo expediente contempla la compra de una embarcación, de apoyo logístico también, para el Ejército de Tierra, que ya cuenta con un barco para este tipo de misiones, el Ysabel. En este caso, el presupuesto asciende a 21,5 millones de euros.

De forma paralela, la Armada además tramita la compra de otro buque logístico multipropósito con capacidad para remolcar a otras unidades también de segunda mano. El contrato está valorado en 15 millones de euros. Las características serán similares a los actuales remolcadores de altura operativos (Mar Caribe, Mahón y Las Palmas).

Otras cinco embarcaciones menores: 18 millones más

La Armada además ha adquirido recientemente otras embarcaciones de menor porte. A finales de 2022, cerró la compra de remolcadores de puerto de segunda mano por 10 millones de euros para los arsenales de Ferrol y Rota. Casi a la vez, el Ministerio de Defensa encargó en las mismas fechas tres barcos, un pequeño patrullero y dos lanchas de instrucción, al astillero Rodman. En este caso, el pedido está valorado en más de ocho millones de euros.

El patrullero, bautizado como Isla Pinto, tiene una eslora de 21 metros y podrá albergar hasta 16 personas a bordo. La Armada destinará esta embarcación a la Comandancia Naval de Melilla, donde hasta ahora no había buques de estas características. El buque está siendo sometido a un proceso de navalización, armado y pertrechado en la actualidad antes de su entrada en servicio.