El presidente ejecutivo de Indra, Fernando Abril-Martorell, ha subrayado que la industria de defensa "puede y debe tener un papel central en la evolución de la economía nacional hacia un modelo de más valor y productividad". Este modelo, añadió, debe estar basado "en los pilares de la digitalización y reindustrialización".
En un desayuno informativo este martes, organizado por el Club Diálogos por la Democracia, destacó que este sector tiene mucho que aportar en la estrategia de reindustrialización que permitirá superar "el actual shock económico y ser además más resilientes en el futuro".
Abril-Martorell apuntó que las tecnologías de defensa tienen un carácter dual y ayudan a sofisticar otros sectores. "La industria de defensa es tractora, con un gran efecto de arrastre. El I+D en los ámbitos de la defensa y la seguridad actúa de punta de lanza para el desarrollo de tecnologías que tienen aplicación en el ámbito civil como las telecomunicaciones o tráfico aéreo", resaltó en el encuentro en el que la secretaria de Estado de Defensa, Esperanza Casteleiro, presentó la nueva estrategia de tecnología e innovación para la Defensa.
El presidente de Indra recordó que esta industria tiene un alto índice de exportación, próximo al 80% de las ventas, lo que sitúa a España como el séptimo país exportador en defensa y pone de manifiesto que las empresas españolas son competitivas a nivel global. Todo ello, agregó, convierte a este sector en un importante generador de empleo de alta cualificación.
A modo de resumen, continuó, es "un sector de carácter eminentemente tecnológico, intensivo en I+D, con una vocación exportadora y con una notable capacidad de arrastre del resto de tejido industrial", que además genera "un efecto multiplicador en la actividad nacional, cada euro en defensa genera 2,5 en el conjunto de la economía".
Abril-Martorell expuso que resulta fundamental participar en los nuevos programas de defensa impulsados por la Unión Europea y definió como "acertado" el esfuerzo inversor del Gobierno español y de las propias instituciones europeas en el ámbito de la defensa. "Solo con una industria tecnológica nacional fuerte podremos preservar nuestra soberanía tecnológica y optar a una posición relevante en el marco europeo de la defensa que es nuestro mercado natural", manifestó.
Para jugar un papel importante en los programas europeos, aseguró, España tiene que "liderar, invertir y aportar recursos" a los grandes proyectos y la industria debe estar "a la altura". "La industria tiene el potencial de hacer una enorme contribución a la construcción de nuestra economía y a la estrategia de reindustrialización de España que se traduciría en más valor, más I+D y más empleo de calidad", remarcó.
Y matizó: “No se trata de conseguir solo carga de trabajo, sino conseguir desarrollar actividad de valor añadido con contenido tecnológico y digital”.
El presidente de Indra señaló que entre los proyectos europeos destaca el Futuro Sistema Aéreo de Combate (FCAS) en el que participa España, junto con Francia y Alemania.
“Es la mejor oportunidad de transformación de la industria nacional de defensa para las próximas décadas. Claramente es un reto tecnológico industrial sin precedentes para nuestro país y nuestra industria. Es uno de los programas europeos más ambiciosos con una elevada inversión en I+D hasta 2030 y más allá y con un componente tecnológico y digital transformacional”, defendió Abril-Martorell en su intervención.
Sobre este programa también declaró que representa “una gran oportunidad que no podemos desaprovechar”. Como coordinador nacional del FCAS, resaltó, Indra trabaja para que “toda la industria española se vea representada y pueda desarrollar todo su potencial”.
“Europa se está convirtiendo en el nuevo terreno de juego en el que se desarrollan los grandes programas tractores como el FCAS. La puesta en marcha del Fondo Europeo de Defensa y el impulso de la Comisión Europea implica un gran cambio de paradigma en la política europea de defensa y aportará cierta estabilidad en las inversiones, que es clave”, concluyó.