Tal día como hoy, 14 de mayo pero en 1836, el general Antonio López de Santa Anna firmó el tratado de Velasco a cambio de su libertad en el puerto de Velasco, Texas. El tratado establecía la retirada de las tropas mexicanas de la frontera en el río Nueces, pero no reconocía la independencia de Texas, lo que ocurrió a terminar la guerra entre México y Estados Unidos en 1848.
Una de las principales causas de la firma del tratado de Velasco fue la derrota del Ejército del general López de Santa Anna en la batallla de San Jacinto. Esta batalla forma parte de la guerra por la independencia de Texas, la cual inició cuando el general decidió derogar la constitución federal de 1824 e instaurar un sistema centralizado. Texas no aceptó esa pérdida de autonomía y el 2 de marzo una convención de delegados proclamó la independencia.
Santa Anna no reconoció dicha independencia y decidió entrar en Texas con su Ejército, donde derrotó a los rebeldes en las batallas del Álamo, Refugio y Coleto. Era tanta la confianza que tenía en su supremacía que siguió su avance con únicamente 1.000 hombres en busca de los insurgentes que habían huído. Cuando llegaron a San Jacinto, las tropas estaban cansadas, por lo que el general ordenó acampar sin ninguna medida de seguridad. Esta decisión les jugó una mala pasada porque los texanos se enteraron de ello, volvieron sobre sus pasos y atacaron por sorpresa. Los mexicanos fueron tiroteados mientras salían de sus tiendas y Santa Anna y su alto mando fueron tomados como prisioneros.
El 14 de mayo de 1836, Antonio López de Santa Anna y el presidente texano David G. Burnet firmaron el tratado de Velasco, por el que el general mexicano se comprometía a que sus tropas no volverían a entrar en Texas, a devolver todos los bienes y esclavos que habían tomado durante la guerra y a la retirada militar al sur del río Bravo del Norte. A cambio, los texanos le dieron su libertad en el puerto de Veracruz y se comprometían a no atacar a las tropas mexicanas en su retirada.
Santa Anna fue destituido del Congreso mexicano y reemplazado por Anastasio Bustamante. El Congreso se negó a ratificar el acuerdo y tampoco reconoció la independencia de Texas, porque calificaron la firma como coacción ilegal, lo que llevó a que las hostilidades entre México y Texas continuasen, desembocando en una nueva invasión en 1842. Finalmente, Texas se unió a Estados Unidos, hecho que hizo estallar la guerra entre México y Estados Unidos.