Visitar esta edición de Feindef ha sido una experiencia muy distinta a las anteriores ediciones. Ciertamente el número de empresas que se han dado cita y la organización han dado un importante paso adelante. Más allá de las cifras que comienzan a ser serias y a poner en el mapa internacional esta feria, llama la atención su capacidad de internacionalización. Los expositores internacionales han aumentado de manera muy sustancial respecto al año 2023, llegando a ser casi un tercio del total.
Hay varios motivos que explican esta evolución. Por una parte, la propia capacidad de atracción de la Feria, ya que su evolución ha estado marcada por un claro objetivo -entre otros-, cual es, el efecto llamada de empresas extranjeras con las que las Fuerzas Armadas puedan hablar, otras empresas puedan colaborar -incluso competir-, y aporten capacidades que, o bien no se tienen en España, o bien no se conocen totalmente. Conocer la amplitud y variedad de sistemas y opciones es fundamental para tener unas FAS capaces, que orienten sus adquisiciones hacia la obtención de capacidades que, en algunos casos, no se encuentran disponibles en el mercado nacional.
Un segundo factor es el empuje que se está dando desde la Unión Europea al conocimiento mutuo para impulsar la cooperación entre empresas y, por supuesto, que mejor oportunidad que una Feria de estas características.
El tercer aspecto que considerar es la presión sobre el presupuesto de defensa. Si las empresas, tanto nacionales, como extranjeras, observan un movimiento hacia un mayor esfuerzo económico en la política de defensa, como cualquier firma, tratarán de obtener parte de dichos aumentos. Esto en sí mismo genera otro efecto llamada. En definitiva, las expectativas juegan su papel.
Un último factor es la creciente presencia internacional de las empresas españolas. Tanto por su expansión para sobrevivir muchas de ellas a raíz de la crisis de 2008, como debido a los programas puestos en marcha por la UE -EDF, Pesco…-, sus importantes capacidades y los consorcios internacionales en los cuales participan, su visibilidad ha aumentado de manera sustancial en los últimos tres lustros.
Obviamente se han dado cita las grandes empresas, uno de los núcleos fundamentales y tractores de la Feria. Más que nunca, han mostrado sus soluciones innovadoras, las tecnologías que desarrollan y nuevas relaciones forjadas a partir de la creación del campeón nacional. Si bien aún es demasiado pronto para tener perspectiva sobre este tema, creo que ha de ser un puntal importante sobre el que apoyar la industria española de defensa del futuro. Pero, insisto en lo que ya he dicho en numerosas ocasiones, su capacidad dependerá de cómo se articule el proceso.
Por otra parte, es necesario subrayar el papel de las pymes. Su representación en la Feria también ha aumentado, pero siguen siendo muy desconocidas las capacidades que pueden aportar. Este es un talón de Aquiles importante, debido muchas veces a las barreras de entrada que tienen en el ecosistema de defensa. Tanto por cuestiones burocráticas, como de recursos propios y, de cierta desconfianza por parte de las FAS o del propio Ministerio debido a la menor vida media de estas empresas respecto a las grandes, lo cual puede suponer un riesgo estratégico. Por ello, es necesario seguir insistiendo y ampliar las políticas orientadas a este tipo de empresas que permitan conocer sus posibilidades de desarrollo, capacidades tecnológicas, aportaciones duales, etc. Por muy retiradas que se encuentren de los centros de toma de decisiones, las pymes, startups y microempresas deben tener su espacio de desarrollo en el mercado de defensa.
No es sencillo articular políticas relativas a la coexistencia de grandes empresas y pequeñas en un sector tan complejo y con tantas imperfecciones desde la perspectiva económica como este. Ello requiere un mayor esfuerzo para impulsarlas y darles visibilidad, aspecto este que se va cumpliendo también gracias a Feindef.
En definitiva, la realidad empresarial con sus luces y sus sombras se puede ver en la Feria, que aporta un valor añadido relevante a una industria que no es claramente comprendida por el conjunto de la sociedad. La seguridad, la defensa, los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado se ven representados con los sistemas que utilizan, que desarrollan y las tecnologías más novedosas. Ahora se trata de vender que es el objetivo. En las ferias no se suele vender nada, pero sí acordar y realizar reuniones que pueden dar frutos más adelante, conocer socios y competidores posibles, abrir relaciones con otros mercados y países, en definitiva, profundizar y establecer los pilares para un desarrollo industrial cada vez más sólido. Feindef cumple así su objetivo primordial.
Tan sólo una sombra planea sobre la industria: si parte de la atracción y crecimiento se apoya en la posibilidad de un incremento presupuestario relevante que nos aupe al 2% de gasto en defensa con relación al PIB, ¿qué ocurrirá si no es del todo cierto? ¿Y si los recursos prometidos ya estaban comprometidos en una parte muy sustancial? ¿Qué grado de decepción industrial se puede generar? ¿Qué impacto puede tener sobre la siguiente Feindef 2027, en términos de empresas extranjeras que quieran participar?
La realidad de las empresas puede chocar frontalmente con la ficción de un aumento presupuestario que no sea tal. Eso sería un grave problema para la imagen de España y arrastraría a las empresas que tienen unas expectativas que no se verían satisfechas más que en una reducida proporción. Si históricamente se ha hablado de presupuestos estables y previsibles, hoy es aún más importante. El esfuerzo de las empresas, el de organizar una feria como Feindef, algunos acuerdos y la puesta en marcha de ciertas capacidades productivas o de I+D, podrían verse frustradas. En definitiva, el coste de oportunidad de no cumplir lo prometido generaría un importante descalabro.
Por último, hay que destacar que el esfuerzo colectivo que supone la organización de Feindef da frutos los cuales hay que maximizar desde diversas perspectivas: industrial, tecnológica, estratégica, militar y, muy particularmente a través de poner a España como uno de los centros de atracción internacional para esta industria.