José Sierra: un emprendedor de los de verdad, sin Pertes ni tutelas
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José Sierra: un emprendedor de los de verdad, sin Pertes ni tutelas

Deja la empresa en buenas manos, y seguro que continuarán los éxitos, no tengo duda, así que Pepe, descansa en paz
Jose sierra urovesa
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La noticia del fallecimiento de José Sierra en pleno verano, que es como se van las personas que no gustan de aspavientos ni de algaradas, ha llegado inesperada, aunque la enfermedad ya le había apartado hace años de sus obligaciones con la empresa que fundó y que llevó a la cima tanto en el mercado nacional como internacional.

Era un emprendedor de los de verdad, sin Pertes ni tutelas que diría don Manuel. Tuvo el conocimiento para desarrollar unas capacidades y productos que hasta entonces solo existían en los Estados Unidos. Fue el pequeño taller de Santiago que derrotó a Am General creando el Vamtac que hoy equipa a ejércitos de los cuatro grandes continentes.

Pero para triunfar no basta con ser un gran inventor, hay que ser un gran empresario, y Pepe Sierra creó una empresa señera en Galicia, y socio ineludible de nuestras Fuerzas Armadas a las que con tanto patriotismo sirvió.

Pepe Sierra forma parte de una lista de empresarios del sector que no suelen salir en los periódicos, ni buscan el reconocimiento inmerecido, como José María Alonso Collar, también recientemente fallecido y con el que estuvo tan unido, han sido personas cuya aportación a la defensa excede mucho de la notoriedad que nunca buscaron.

Cuando estaba en Gecoin, viajé con Pepe y Justo, que ha recibido un máster continuado de formación a su lado, a Bogotá a venderle vehículos a la policía y el ejército. No le hacían falta muchas justificaciones, si el ministerio de defensa lo requería ahí estaba. Hicimos muchas visitas oficiales y sufrí algunas veces la pista de pruebas, y siempre con trato afable y ofreciéndonos lo mejor de la cocina gallega. En el fondo era un bgran servidos público.

Cuando pasé a la vida privada, la primera empresa que visité en 2007 fue Urovesa. Como suele ocurrir en estos casos, muchos cerraron sus puertas, pero las suyas siempre estuvieron abiertas. Me dijo que había renegociado con los bancos las líneas de crédito subiendo los tipos de interés, porque pronto no habría crédito para nadie. Yo pensé que o era un iluminado o el tipo más listo del mundo. Lo que pasó en 2008 demostró que era lo segundo. Deja la empresa en buenas manos, y seguro que continuarán los éxitos, no tengo duda, así que Pepe, descansa en paz.



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