Alemania y Francia están ultimando un documento de requisitos operativos de alto nivel (HLCORD, por sus siglas en inglés) con el que impulsar el proyecto de desarrollo del bautizado como Sistema de Combate Aéreo del Futuro (FCAS o SCAF, por sus siglas en inglés y francés). Alemania y Francia anunciaron el pasado verano una iniciativa conjunta para contar en la década de 2040 con una nueva plataforma con la que sustituir en último término a los actuales aviones de combate Eurofighter y Rafale, que son los principales vectores aéreos con los que operan en la actualidad ambos países.
La ministra de Defensa francesa, Florence Parly, se ha reunido con su homóloga alemana, Ursula von der Leyen, y espera anunciar un importante avance en este proyecto en la próxima exhibición aérea de Berlín ILA, que abre sus puertas el día 25 de este mes. En ese encuentro del sector Parly tiene “la esperanza”, ha explicado, de poder “materializar un importante primer paso”, informa el periódico galo La Tribune.
El departamento dirigido por Parly se ha referido en un comunicado a la necesidad de “definir los aspecto industriales de este ambicioso proyecto que estructurará las fuerzas aéreas de Francia y Alemania en la década de 2040, en sustitución del Eurofighter y el Rafale”. De momento, según la titular francesa de defensa, “las discusiones entre los equipos franceses y alemanes son intensas y los fabricantes están trabajando bien juntos”.
A finales del pasado año Airbus, que se espera que tenga un papel clave en este desarrollo, en tanto en cuanto es la empresa líder del sector en Europa y su capital es ante todo francés y alemán, mostró sus deseos de que España se sume también a este proyecto. Anteriormente trascendió incluso que Madrid ya estuvo en contacto con Berlín en torno a esta iniciativa FCAS, como publicó en junio Infodefensa.com.
En su entrevista en La Tribune, Parly se muestra partidaria de que el anunciado programa franco-alemán se arme bien antes de que se abra a otros socios europeos. En la actualidad, cinco países del viejo continente participan en el programa norteamericano del avión de combate de quinta generación F-35: Gran Bretaña, Italia, Noruega, Países Bajos y Dinamarca. En cambio, otros tres de los grandes, España, Alemania y Francia, deberán iniciar en los próximos años programas de sustitución de modelos de sus actuales flotas de aviones de combate (el F-18 en el caso de España, e Tornado en el de Alemania y el Mirage en Francia), por lo que ya llevan un tiempo contemplándose que puedan unirse en el desarrollo de una aeronave de nuevo cuño.
Desde que Donald Trump llegó a la presidencia de Estados Unidos, ha arreciado en Europa la corriente de opinión que apunta hacia la necesidad de un fortalecimiento de los lazos en defensa en el viejo continente para dejar de depender en lo posible de Estados Unidos. El camino emprendido desde entonces por París y Berlín afianza esta línea de actuación.