El acuerdo alcanzado el pasado abril para que la firma italiana Fincantieri adquiriese buena parte de los astilleros de Saint-Nazaire (al oeste de Francia) al grupo surcoreano STX Offshore and Shipbuilding, ha quedado sin efecto. Al menos de momento. El nuevo presidente francés, Emmanuel Macron, ha optado por nacionalizar la propiedad de esta constructora naval, al menos temporalmente, “con el objetivo de defender los intereses estratégicos franceses”.
El actual Gobierno francés teme que, en un momento en que la industria militar naval europea está en retroceso, la adquisición de STX por parte de Italia acabe con buena parte del trabajo potencial que podría desarrollar esta compañía en Francia derivándose al país transalpino. De este modo París, que ya era propietaria de un tercio de la filial del grupo surcoreano, se hace con los dos tercios restantes.
El anuncio hace unos meses de que Fincantieri iba a adquirir cerca de la mitad de STX France fue acogido entonces por parte de la prensa gala como un paso importante para la creación de un Airbus de la industria naval, en referencia al consorcio aeronáutico europeo.
El consejero delegado de los astilleros públicos italianos Fincantieri, Giuseppe Bono, ya alentó el pasado octubre a la creación de lo que denominó como un “Airbus naval” en Europa para mejorar la competitividad del viejo continente frente al resto del mundo en esta área.
En todo caso, Bono se refería a un acuerdo de mucho mayor calado en el que en primer lugar exhortaba a la francesa DCNS (actual Naval Group) a una unión que también apelaba a los otros cuatro grandes astilleros con capacidad de construcción militar del continente: BAE Systems (Reino Unido), ThyssenKrupp Marine (Alemania), Navantia (España) y Damen (Países Bajos).
“Proteccionismo inaceptable”
La decisión de Macron de hacerse ahora con la propiedad íntegra de STX France ha sido calificado por el Gobierno italiano como “un acto grave e incomprensible”, en palabras del ministro de Economía, Pier Carlo Calenda. Para el político italiano se trata de un acto de “proteccionismo y nacionalismo inaceptable en las relaciones entre dos grandes países europeos”.
Por su parte, la ministra de Defensa de Italia, Roberta Pinotti, ha afirmado que con el incumplimiento del acuerdo alcanzado para que Fincantieri adquiera buena parte de STX “se pone en riesgo uno de los pilares de la futura defensa europea: la agregación industrial”, informa Il Messaggero.
Pinotti ha destacado que "Italia, Francia, Alemania y España están trabajando en coordinación entre ellos en las cooperaciones reforzadas. Pero hacen falta operaciones de agregación industrial que den pasos hacia la defensa común".
La venta de STX France, en la que Fincantieri era el único postor, se enmarca en la quiebra del grupo surcoreano STX Offshore and Shipbuilding. Aunque su actividad principal es la construcción de cruceros, estos astilleros ubicados en Francia también son capaces de fabricar grandes buques militares, como hizo al encargarse de la construcción de los portahelicópteros LHD de la clase Mistral y del portaaviones Charles de Gaulle.