Moscú podría vender a Irán desde cazas a submarinos si se anula el embargo

El posible fin del embargo de armamento a Irán tras el levantamiento de las sanciones económicas al país, que EE UU y la Unión Europea han pactado como parte del acuerdo preliminar acordado el jueves acerca del programa nuclear iraní, permitirá a Rusia retomar el suministro de sistemas antiaéreos a esa nación de Oriente Medio. Para el experto militar ruso Ígor Korótchenko, director del Centro ruso para el Análisis del Comercio Internacional de Armas, “el contrato para entregar a Irán la nueva versión del S-300 es un contrato clave para Rusia y podría ser reanudado en las condiciones que Moscú y Teherán estimen idóneas”. El experto añade que la reanudación de las ventas de armas sería “un paso lógico” tras el levantamiento de las sanciones.

Rusia se comprometió hace siete años a suministrar cuarenta sistemas antiaéreos S-300PMU-1 a la República Islámica por un importe de 800 millones de dólares. Las sanciones impuestas contra el país obligaron a Moscú a suspender el contrato en 2010 e Irán exigió entonces una indemnización de casi 4.000 millones de dólares por el incumplimiento del acuerdo.

El diputado ruso Frants Klintsévich también considera posible que ahora este contrato sea retomado como consecuencia de un hipotético levantamiento del embargo de armas. Korótchenko, además, añade que no es el único sistema que Rusia podría exportar a Irán. Según la información que ha transmitido a la agencia estatal rusa RIA Novosti, Moscú también podría vender al estado persa radares Gamma-DE y Kasta-2E2, aviones de combate S-30 y Mig-29SMT, aviones de ataque a tierra Su-25 (en la imagen principal), barcos portamisiles, corbetas y submarinos, entre otro armamento.

En todo caso, precisa Klintsévich, es esperable que se mantuviesen algunas restricciones concretas en el caso del suministro de sistemas antiaéreos S-300 (en la foto), ya que, a su juicio se trata del arma de defensa antiaérea más avanzado del mundo.

Unidos por las sanciones de Occidente

El presidente del Centro Internacional de Análisis Geopolítico, Leonid Ivashov, explicó hace un par de meses ante el acuerdo de cooperación militar ruso-iraní firmado entonces en Teherán, que las sanciones que Occidente mantiene contra ambos países –en el caso de Rusia como consecuencia de la actuación de este país en el conflicto ucraniano– han permitido acercar las posturas de ambos y suponía un paso que hacía “probable que suministremos a Irán sistemas como S-300 y S-400”.

Un año antes, el embajador iraní en Moscú, Mehdi Sanai, recordó en una entrevista concedida a la agencia rusa, y a pesar de que se había barajado la posibilidad de sustituir este armamento por otro, que su país quería “que se cumpla el contrato de los S-300” suspendido por el presidente ruso Dmitri Medvédev en 2010 en cumplimiento de las sanciones internacionales.

Foto: Ministerio de Defensa de Rusia