Luego de casi un año de haberse firmado el contrato para el desarrollo del proyecto Joya SAA-1, el Ejército Colombiano ha expuesto por primera vez su prototipo de obús autopropulsado de 105 milímetros.
El proyecto Joya SAA-1 consiste en el diseño y fabricación de un obús autopropulsado utilizando para ello un obús Nexter LG-1 MK-III de 105x30 milímetros, sobre un camión del tipo BMY M923-A2 6x6, para lo cual se llevo a cabo un proceso de selección abreviada de menor cuantía, escogiéndose al único oferente, la Unión Temporal Proyecto Joya, compuesta por las empresas Multiservicios Mecanic Center SAS y Farmaq SAS, destacando en este punto que el fabricante del obús nunca fue consultado sobre los objetivos y alcances de este proyecto, ni sobre las consecuencias técnicas y jurídicas de las modificaciones introducidas a la pieza LG-1.
Las cifras destinadas para el desarrollo del prototipo rondan los 33.400 euros y el objeto es poder dotar al Ejército de una batería compuesta por seis unidades de artillería autopropulsada de fuego indirecto, de desarrollo local.
El Joya esta entonces integrado por dos subsistemas, es decir, por un lado el sistema de tiro, que viene con el obús LG-1, y por otro el sistema hidráulico que debe entrar a garantizar que los cilindros de estabilización puedan soportar cada uno 15.000 kilogramos-fuerza (Kgf), cifra producto de la suma de la masa del camión (9.000 Kgf), municiones almacenadas (1.000 Kgf), peso del obús (1.000 Kgf), masa de la armadura, armamento de apoyo, sistemas de comunicaciones, sirvientes del sistema (1.000 Kgf) y el esfuerzo del disparo (retroceso calculado en 2.000 Kfg), para un total de 14.000 Kgf, distribuidos en los dos actuadores de 15.000 Kgf obteniendo (según el Ejército) un factor de seguridad en diseño de 2.1.
Sin embargo, se ha podido establecer que a la fecha se han efectuado tres disparos que han acertado sus blancos, bajo condiciones controladas, pero se desconocen las razones técnicas para la selección del obús LG-1 MK-III, que por su bajo peso ha sido precisamente diseñado para ser aerotransportado, o trasladado por medio de vehículos terrestres, incluido el AM General HMMWV, sin tener que recurrir a camiones tan pesados como los del tipo Bigfoot, que, por sus características y por el peso soportado de este sistema, no tendrían las mismas facilidades de velocidad y maniobra en terrenos de dificil tránsito, por no mencionar que el volumen (tamaño) del sistema Joya, no facilitan tampoco su camuflaje u ocultamiento, si lo que se busca es realizar secuencias de tiro sucesivos en una zona y evacuar la misma de la manera mas rápida posible.
Incluso, y a pesar de la amplia oferta en el mercado de obuses autopropulsados, la mayoría de estos son ofrecidos en calibres de 155 milímetros (y 152 mm), dados los alcances conseguidos y los radios de efectividad de las granadas de estos milimetrajes, sistemas ofrecidos a Colombia (BAE Bofors Archer) e incluso probados con éxito en esta nación, tal y como es el caso de los Nexter Caesar 155x52 milimetros, cualquiera de los dos en mora de ser seleccionado e incorporado al Ejército.
También hay que considerar que los LG-1 MK-III se caracterizan por ser uno de los obuses con mayor tasa de precisión en los disparos realizados, gracias precisamente a su sistema de tiro Bacara, efectividad que esta en duda, al emplazarse sobre un vehículo cuya estabilidad al momento del disparo no esta garantizada, por que y aunque el obús en sí mismo puede absorver el 70% del retroceso, el restante 30% debe ser soportado por los cilindros estabilizadores, por lo que cualquier variación de un milimetro hacia adelante en ese instante podría producir errores de varias decenas de metros en el sitio del impacto.
Extrañas decisiones
Finalmente, hay puntos poco comprensibles, como el uso de obues de valores en torno a los 1,5 millones de euros con un sistema de solo 30.000 euros, además, teniendo en cuenta, que al modificarse la estructura del obús se ha perdido la garantía del fabricante sobre el mismo (punto confirmado por Infodefensa.com), pues este no se hace responsable de la seguridad sobre el accionamiento de esta pieza. La relación costo-beneficio es, bajo esta consideración, por lo menos dudosa y no son claras tampoco las garantías operacionales, económicas y jurídicas que el sistema Joya pueda brindarle al Ejército.
Cabe en este punto recordar, que desde mediados del 2013 y tal como lo ha señalado Infodefensa.com, el Ejército Colombiano ha manifestado su interés de adquirir un sistema de artillería autopropulsada, moderna y probada en combate, existiendo ofertas de varias compañías con modelos ya desplegados por Fuerzas Armadas a nivel mundial y con la experiencia para su venta y posterior mantenimiento, por lo que no se entiende en épocas de fuertes recortes fiscales, como se invierten sumas –así sean pequeñas- en el desarrollo de prototipos que no brindan soluciones reales a las necesidades convencionales del Ejército, así como tampoco ningún tipo de desarrollo tecnológico, dejando si de lado interesantes propuestas y diseños como por ejemplo el de la automatización de los obuses RIA M-101A1, adelantada hace solo unos años por el Ejército Colombiano y que no pasó del prototipo inicial.
Fotos: Ejército Colombiano
*Datos técnicos: Alex Carrillo.