Nicaragua ya no quiere dotar a su flota aérea con nuevos cazas, ni MiG ni de otro tipo. El coronel Manuel Guevara Rocha, en unas declaraciones realizadas recientemente a la prensa local, ha desautorizado al general de brigada Adolfo Zepeda, que había anunciado el interés de Nicaragua por adquirir cazas que ayudaran al Gobierno en la lucha contra el narcotráfico. Es más, Zepeda hizo coincidir sus declaraciones con la visita de una delegación del Ministerio de Defensa ruso a Managua, lo que daba verosimilitud a una posible negociación para adquirir cazas rusos.
Al final, Guevara descartó la adquisición de cualquier tipo de modelo de cazas en unas declaraciones realizadas a El Nuevo Diario de Managua. “Todos los países tienen derecho de adquirir medios para su defensa, pero no existen planes para adquirir medios de ese tipo”, indicó el coronel.
Cabe recordar que este cambio de opinión llega después de que Colombia reaccionara ante la posibilidad de que Nicaragua modernizara su flota aérea con nuevos cazas. Al conocer la noticia, el Gobierno colombiana anunció medidas similares para protegerse de un país que hasta ahora no había supuesto una amenaza potencial para los colombianos, ya que la vetusta Fuerza Aérea nicaragüense solo posee en su mayoría de una flota antigua de helicópteros rusos Mi-17 (como puede apreciarse en la imagen en los hangares de la Fuerza Aérea de Nicaragua, en el Aeropuerto Internacional Augusto César Sandino, en Managua).
Respecto a las advertencias colombianas, el portavoz de las fuerzas armadas nicaragüenses aclaró que “Nicaragua no constituye ninguna amenaza para ningún país de la región ni para ningún país del continente”.
Compra de aeronaves y buques con bajo presupuesto
Este debate sobre la modernización de la flota aérea nicaragüense no es nuevo. En agosto de 2014 el comandante en jefe del Ejército de Nicaragua, general de ejército Julio César Avilés, confirmó que la institución armada nicaragüense gestionaba la compra de aviones, helicópteros y medios navales de largo alcance para asegurar el resguardo de la soberanía en sus espacios territoriales y marítimos.
En esa ocasión, Avilés señaló que se habían hecho los análisis correspondientes para que la modernización y el desarrollo pudieran avanzar en términos de medio plazo, “teniendo en cuenta la evolución de las amenazas y los riesgos que tiene nuestro país”.
Lo que es un misterio es cómo Nicaragua pretende obtener estos equipos, a no ser que se trate de donativos o de la cooperación rusa o de otros países, pues para este 2015 se redujo aún más el ya modesto presupuesto de Defensa, que pasó de 80,9 millones de dólares en 2014 a 72,9 millones de dólares para el año en curso.
Foto: Alberto López